Con el objetivo de proteger los derechos humanos y minimizar el impacto ambiental, se pondrá en vigencia en Europa la «Ley de debida diligencia en la cadena de suministros».
En el marco, se está llevando a cabo un estudio para averiguar hasta qué punto las empresas alemanas y europeas están preparadas para el nuevo contexto. La investigación es encabezada por la compañía alemana Miebach Consulting, que desarrolla estrategias y soluciones para las estructuras de redes, procesos e instalaciones a lo largo de toda la supply chain, en colaboración con GS1 Argentina.
La Ley de debida diligencia se aplicará en todos los países europeos y regulará un sistema de infracciones y sanciones para las empresas que incumplan las obligaciones de respeto, protección y promoción de los derechos humanos y ambientales. Además, garantiza el acceso a la justicia para que posibles víctimas puedan reclamar la reparación efectiva, entre otras medidas. En concreto, la cadena de suministros estará bajo un escrutinio más rigurosos y las juntas directivas se verán obligadas a reevaluar las actividades que van más allá de la propia empresa, lo que incluye a todos los proveedores de productos y servicios. De este modo se anima a las compañías a examinar las partes de su cadena de valor para eliminar el posible riesgo de responsabilidad y garantizar la mitigación de los riesgos derivados de los incumplimientos.
Según Laura Echternacht, Directora de Sostenibilidad de GS1 Alemania, «esta legislación creará un marco para que las empresas, primero en Alemania y pronto en toda Europa, ejerzan la debida diligencia en sus redes de valor. Para aplicar los requisitos de la Ley , las empresas necesitan transparencia en sus cadenas de suministro: ¿Quién forma parte de ella? ¿Se están cumpliendo las normas medioambientales y sociales? Se necesitan formatos y normas uniformes para intercambiar esta información de forma eficaz y, con este estudio, esperamos obtener información sobre cuán preparadas están las empresas para ello y en qué aspectos las soluciones industriales pueden apoyar la implementación».
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Por su parte, Thomas Krebs, Principal Sénior de Miebach Consulting, comenta: «En Europa hay una presión creciente sobre las empresas para que sus cadenas de suministro sean más sostenibles. Quienes ejercen esta presión son las normativas, como esta Ley europea de debida diligencia, los propios consumidores, que exigen cada vez más productos «limpios”, y los inversores, que cada vez con mayor frecuencia evalúan a las empresas en función de sus riesgos sociales y medioambientales. ¿Cómo se sitúan las empresas en Europa a la hora de aplicar requisitos más estrictos de debida diligencia en sus cadenas de suministro? Este estudio pretende arrojar luz sobre el statu quo de las empresas y la forma en que abordan estas cuestiones».
«Esta ley europea es un paso importante para que las cadenas de suministro sean responsables en términos de derechos humanos y medioambientales. El reto es encontrar el equilibrio adecuado entre una normativa que cumpla eficazmente el objetivo principal y que, al mismo tiempo, no perjudique a las empresas. El cuestionario del estudio está diseñado para ayudarnos a medir las opiniones y reacciones de las empresas sobre la próxima normativa. También esperamos identificar los mayores retos y las áreas más importantes en las que las empresas deben trabajar», afirmó Anastasiia Omelchuk, consultora de Miebach Consulting.