Lo viejo
Al referirnos a lo viejo, en ningún momento lo realizamos de forma peyorativa. Todo lo contrario. Lo anterior, es la experiencia que se ha venido acumulando en el mundo logístico latinoamericano. Que ha aprendido a moverse, no solo en los vaivenes de la economía local, sino en los avatares del mundo globalizado. Para muestra un botón. Aproximadamente hasta 2004 el mercado de EEUU registró un alto incremento en los niveles de importación de productos desde Asia, con una alta participación china, tal y como se preveía por efecto de su costo más bajo. Pero entonces surge un evento, no previsto, que modificó la dinámica del transporte. El incremento del precio del petróleo, el cual paso de 25 US$/Barril en 2003 a 147 US$/Barril en 2007. Motivado por ello el costo logístico sobrepasó los otros ítems de la estructura. La consecuencia fue que los productos de origen mexicano, que competían con los chinos en calidad y desempeño, saltaron como una alternativa más allá del tiempo de reabastecimiento. La cadena de suministro mexicana actúo raudamente, brindando un extra en su desempeño logístico, mejorando el nivel de servicio y posicionándose adecuadamente como proveedora confiable. Experiencia ganada, oportunidad aprovechada. En las discusiones del nuevo tratado de libre comercio EEUU – Canadá – México, mucho de lo desarrollado y aprendido se colocó en mesa de negociación y obviamente con resultados favorables. Tenemos otro ejemplo, en este caso hacía el sur del continente. La agroindustria de los cítricos en Chile. Una logística muy compleja en términos de: acopio, adecuación, preparación, almacenamiento, empaque y embarque. El nivel de excelencia de este sector, y muy especialmente su gestión logística, en cuanto a control de todos los eslabones, garantía de la trazabilidad de movimientos y resguardo de los niveles sanitarios exigidos, es tan excelsa que ha logrado obtener certificado de aprobación por parte del gobierno chino para exportar las diversas especies hacía tan apetecido mercado. Como vemos, la formación logística ha mostrado muy buenas adecuaciones, y aun cuando solo hemos mencionado dos ejemplos, son significativos y muy enriquecedores.
Lo nuevo
Desde mediados de la década del 2000, la logística del sector detallista (Retail) tanto de bienes como de servicios en la región, ha venido creciendo en cobertura, segmentos y especialización. Tanto en formato presencial como a través de internet (Online). Inclusive firmas como Mercado Libre, Jumbo, Falabella, Éxito, Soriana o Comercial Mexicana, compiten correctamente con multinacionales del sector. En el caso de la logística de entregas directas, empresas como Pedidos Ya o Rappi son alternativas muy solicitadas, compitiendo adecuadamente con Uber Eats. La sobrevenida aparición del COVID-19 ha generado una metodología cada vez más ágil de adecuación y acción. El proceso de captación de pedidos, almacenamiento y despachos, así como la rapidísima adecuación de los modelos de reabastecimiento, han permitido cumplir, y más allá, generar conocimiento experto muy valioso. En adición, la logística latinoamericana está aprendiendo, a paso acelerado, la aplicación correcta de la tecnología de la información y la comunicación (TIC), haciendo sus procesos más confiables y perfectibles, casi en tiempo real.
Lo bueno
En Cuba existe un dicho muy popular: “Lo bueno de esto, es lo malo que se está poniendo”. La expresión busca alentar o al menos visualizar las probabilidades de mejoría en medio de una situación de crisis. Amén de que luce más como una actitud optimista, no deja de tener sentido qué, en determinadas circunstancias, lo que representa una situación de peligro e incertidumbre es el preámbulo de un mejor devenir. El arribo del COVID-19 ha hecho surgir la aplicación de buenas prácticas en la logística regional. Apartando la gestión no adecuada de algunas políticas públicas por parte de ciertos gobiernos, en general tanto las empresas, como las ONG, como los ciudadanos, han mostrado no solo un excelente comportamiento, sino que han ido más allá al llevar a ejecución innovadoras iniciativas. Mostrando a la logística y gestión de la cadena de suministro como actividades resilientes y sobre todo muy ágiles. Aun cuando es demasiado pronto para mostrar modelos o tendencias, existe una gran certeza que los mismos serán de aplicación cotidiana en el futuro cercano. Ello da indicación de un avance clave para la región. La generación de conocimiento logístico, de aplicación global, sobre datos tomados en campo.
La oportunidad es propicia y pertinente para que los logísticos latinoamericanos, desde los profesionales independientes, académicos, gremios y asociaciones, hasta gerentes y directores, coordinen esfuerzos en recolección de datos, compartimiento de modelos y propuestas, para así continuar con un desarrollo logístico que, a diferencia del pasado, no se quede solo en lo interno de cada institución, sino que se transforme en conocimiento aplicado, convirtiéndose en nuestra ventaja competitiva… ¿nos atrevemos?
(*) El autor representa a Ingeniería Logística Eutivio Toledo