Por: Rut Castell (*)
Una vez analizada esta situación (ver 1°parte), cabe preguntarse hacia dónde pueden dirigirse las tendencias en el aprovisionamiento de las empresas y qué estrategias pueden mejorar el panorama actual.
Una de las cuestiones que muchas empresas tenderán a revisar es la aplicación de la metodología just in time en sus aprovisionamientos, ya que, al conducir a una planificación de la demanda en cantidades ajustadas, sin contemplar la posibilidad de disponer de una cierta cantidad de existencias en el almacén, puede llevar a la rotura de stock en momentos críticos, como el de incumplimiento en las entregas por parte de las empresas proveedoras.
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Esta revisión es especialmente importante cuando las compras de materiales tienen lugar mediante cadenas de suministro largas, entre centros de producción separados por miles de kilómetros. Son muchos los sectores que se han lanzado a valorar la relocalización de centros productivos en la proximidad de los centros de distribución y de regiones consumidoras de sus productos. Ello permitiría acortar las cadenas de suministro y evitar los riesgos de la falta de abastecimiento y de roturas de stock. Por otro lado, en cuanto a políticas económicas, los incrementos en los costos de transporte es previsible que tiendan a perpetuarse a causa de la reducción en la disponibilidad de combustibles fósiles y las exigencias de las políticas medioambientales derivadas del cambio climático.
Las estrategias empresariales deben incorporar que los equipos profesionales que gestionan las cadenas de suministros, y particularmente la gestión de tráfico de las mercancías, han de incrementar el uso de los sistemas de trazabilidad de las mercancías y el internet de las cosas (IoT), que permiten planificar rutas más eficientes y sostenibles, optimizando los costos de transporte y efectuando envíos con un menor consumo de combustible. Del mismo modo, estos equipos profesionales han de estar familiarizados con el uso de sistemas de planificación e indicadores de gestión tecnológicamente avanzados, y han de tener la capacidad de utilizar tecnologías como la inteligencia artificial (IA), con herramientas que permiten una mejor predicción de la demanda y anticiparse a los efectos de situaciones críticas como la actual.
Hacer frente a desafíos como la crisis en las cadenas de abastecimiento globales, requiere de políticas colaborativas que impliquen al tejido empresarial, a las administraciones públicas y a las organizaciones profesionales. Es necesario apostar por inversiones en proyectos que permitan readecuar la capacidad de los sistemas y las redes logísticas, y que incentiven la incorporación de profesionales que aporten nuevas visiones y nueva savia a un sector logístico en transformación. Incorporar a él a nuevas generaciones de profesionales implica invertir en formación en todos los niveles de la cadena de suministro, y requiere que esta formación, además de utilizar los sistemas presenciales tradicionales, se apoye en los recursos digitales que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación, cuyas potencialidades la crisis actual ha permitido vislumbrar con mayor amplitud.
(*) Máster en Logística Integral por la Escuela de Negocios de la Universidad Abat Oliba CEU. Es Agente IATA, consultora internacional para la implantación de empresas o productos en nuevos mercados, y asesora en procesos de mejora de la cadena de suministros. Asimismo, es profesora en el Master Supply Chain Management Full Time (ICIL), en la Universidad de Lleida, y del MBA de la escuela de negocios (OBS-EAE) de la Universidad de Barcelona (UB). Es autora del libro Manual de gestión de tráfico de mercancías, Marge Books, Barcelona, 2021.
Nota publicada en RevistA Énfasis edición marzo 2022. Ingresá aqui.