La aceleración del comercio electrónico y el cambio en los patrones de consumo están transformando el uso del suelo en la Ciudad de Buenos Aires. En ese proceso, los depósitos urbanos han adquirido un valor estratégico, especialmente en zonas con buena conectividad y normativas que permiten habilitaciones logísticas. En particular, los espacios destinados a operaciones de última milla —aquellas que acercan el producto al consumidor final— se han convertido en activos cada vez más escasos en el corazón de la ciudad.
En ese marco, la propiedad ubicada en Zavaleta 490, en el barrio de Parque Patricios, ofrece un ejemplo representativo de este tipo de infraestructura. Con una superficie cubierta de 12.827 m² y una playa de maniobras interna de 1.200 m², el complejo se organiza en seis depósitos logísticos interconectados, algunos desarrollados en una sola planta con 12,5 metros de altura libre, y otros en dos niveles, equipados con montacargas y elevadores de pallets.
La ubicación es otro aspecto determinante: emplazada dentro del Distrito Tecnológico porteño y a menos de 200 metros de la avenida Amancio Alcorta —eje clave para el tránsito pesado—, la planta permite una conexión ágil tanto con la red de autopistas urbanas como con el sur del Gran Buenos Aires a través de las avenidas Sáenz y Vélez Sarsfield. Este nivel de accesibilidad resulta especialmente relevante en un contexto donde la velocidad de entrega se ha vuelto un factor competitivo central.
En términos operativos, la propiedad cuenta con múltiples docks de carga, algunos con niveladores y otros del tipo telescópico, además de rampas de acceso fijas y un amplio alero semicubierto de 918 m² donde se concentran las tareas de carga y descarga. El sistema contra incendios combina hidrantes y rociadores, en línea con las exigencias actuales para habilitaciones logísticas en zonas urbanas. A esto se suman pisos de hormigón en muy buen estado, con tratamiento epoxi en algunos sectores y preparados para soportar grandes cargas.
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El predio incluye además un edificio de oficinas y servicios desarrollado en tres niveles, que incorpora áreas de trabajo, vestuarios, comedor y espacios de atención con acceso directo desde la calle. Este módulo, de 400 m² cubiertos, fue renovado recientemente y complementa la funcionalidad del conjunto.
La baja vacancia de este tipo de propiedades dentro de CABA no solo refleja la alta demanda del sector, sino también las restricciones que han reducido el inventario disponible, como cambios en la normativa edilicia o en los requisitos de seguridad contra incendios. Por eso, casos como el de Zavaleta 490 no solo destacan por sus prestaciones técnicas, sino también por su capacidad de adaptarse a los requerimientos logísticos contemporáneos.
Con disponibilidad prevista para fines de febrero de 2025, esta planta se suma a una oferta cada vez más limitada de espacios logísticos en entornos urbanos densos, donde la cercanía con los consumidores se ha convertido en un diferencial competitivo ineludible.