El Gobierno oficializó ayer las promesas que hace una semana hizo a la Comisión de Enlace: flexibilizar las restricciones a las exportaciones de carne y lácteos, y aumentar el subsidio a la producción de leche.
Además, se anunció que la semana próxima la administración de Kirchner convocará «a los productores y a los exportadores» para negociar un acuerdo que permita abrir los embarques de trigo y maíz, actualmente cerrados.
En la práctica, el Gobierno buscará sumar a la Comisión de Enlace al convenio que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ya cerró con las principales firmas exportadoras de granos.
Ayer, en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; la ministra de Producción, Débora Giorgi, y el jefe de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), Emilio Eyras, anunciaron que la obligación de mantener stocks forzosos de carne para los frigoríficos exportadores se reduce del 65% actual de la capacidad de frío al 30%. En otras palabras, que para poder exportar 70 kilos de carne, las empresas deberán tener 30 kilos de reserva en existencia.
Además, dentro de ese stock (que el Gobierno llama «encaje», como si se tratara del sistema bancario) quedan excluidos a partir de ahora los siete cortes de mayor valor (que se obtienen de los cuartos traseros).
De memoria, Giorgi enumeró: «Bife ancho, bife angosto, lomo, bola de lomo, nalga, cuadril y tapa de cuadril». En la práctica, esos cortes ya eran los que más se estaban exportando. A cambio, seguirá la vigilancia de Comercio Interior sobre los precios de los que Moreno llama «trece cortes populares».
Esfuerzo fiscal
Por otro lado, tal como anunció la presidenta Cristina Kirchner hace una semana en Villa María, Córdoba, el subsidio al precio de la leche cruda que actualmente paga el Estado pasará, a partir de hoy, de 10 a 20 centavos por litro por los primeros 3000 litros para los tambos que no produzcan hasta 12.000 litros diarios. «Actualmente, un tambo que produzca más de 3000 litros y hasta 12.000 estaría recibiendo 18.000 pesos mensuales de compensaciones y 90.000 pesos si se hace el agregado hasta diciembre. Esto implica un esfuerzo fiscal de $ 530 millones del erario público», explicó Giorgi. Este subsidio se concreta mediante una resolución de la Secretaría de Agricultura, pero el responsable del área, Carlos Cheppi, no estuvo presente en el anuncio.
Estas medidas tienden a desarmar el esquema de controles ideado por el actual jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, cuando éste era presidente de la Oncca.
En lo referido a los embarques de carne, las medidas mejoran la performance de los frigoríficos exportadores -cuyos representantes se reúnen todos los viernes con el secretario de Comercio Interior- y sólo en la medida en que esas firmas logren colocar en el exterior los cortes criollos los beneficios podrían derramarse sobre los productores primarios.
Tanto las medidas anunciadas ayer como las que se negocian con los exportadores de granos tienen la misma lógica: que a cambio de la promesa de abrir las fronteras para que salgan los saldos exportables, las empresas privadas que venden al exterior se comprometan a abastecer el mercado interno. Hasta ahora, estos pactos no contaron con la anuencia de la Comisión de Enlace. Aunque los ruralistas no participan de las negociaciones, el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) mantiene un fluido contacto con las entidades, de las que sólo recibieron críticas en el pasado cada vez que suscribieron un convenio con la administración Kirchner.
«Todo lo que hemos hecho ha sido en función del pedido específico de la Mesa de Enlace, y lo charlamos en mi despacho», afirmó Fernández al término del anuncio, en el que se mostró dubitativo e impreciso respecto de la compleja terminología oficial sobre exportaciones.
Fuente: La Nación