El desafío no es pequeño debido a que la única forma en que los negocios mejorarán más que lo actual será a través de una mayor competitividad productiva, con una capacidad más holgada de fabricación y apuntada a la excelencia, para poder aumentar el mérito frente a Europa, Estados Unidos y el sudeste asiático.
El sector vive su mejor momento en la historia del país: factura unos 83.800 millones de pesos al año; exporta por 10.025 millones de dólares; representa el 6,5 por ciento del Producto Bruto; y concentra ocho de cada cien empleados industriales, es decir, unos 137.500 trabajadores.
Las once terminales que fabrican en el país alcanzarán este año una producción récord de 850.000 unidades, de lo cual exportarán el 63 por ciento a unos 66 países, con sus principales destinos en Sudarmérica, y colocarán unas 800 mil unidades para los consumidores locales. Sobre ese escenario, los ejecutivos evalúan cómo seguir, dado que la tasa de crecimiento del merado interno se irá ralentizando y habrá que pensar un nuevo paradigma para salir pelear espacio en un mundo que aún se está reacomodando tras el colapso financiero de 2008.
A pesar de la algarabía por la presentación de sus últimas joyas, los ejecutivos no ocultaron su preocupación por el futuro, en el quinto Salón Internacional del Automóvil Buenos Aires, en la Rural de Palermo, la muestra más importante del continente sudamericano en 2011.
Fuente: Notitrans