El director ejecutivo de Corporación América, Nicolás Posse, anunció en Luján de Cuyo los aspectos técnicos sobre la construcción del vínculo ferroviario interoceánico que unirá Mendoza con Chile a través de un tren de cargas. Los pliegos para el llamado a licitación internacional para la concreción del proyecto «Corredor Bioceánico Aconcagua» estarán listos en seis meses.
El encuentro fue en la empresa de Transportes Andreu y estuvieron presentes el intendente del departamento lujanino, Carlos López Puelle; el Ministro de Agroindustria y Tecnología, Marcelo Barg; el subsecretario de Infraestructura Educativa, Hugo Quiroga; los cónsules de Chile y España en Mendoza, Roberto Aráoz Sánchez y Manuel Fairén Sanz, respectivamente; el ex embajador de Argentina en Chile, Carlos de la Rosa; una delegación china de una empresa ferroviaria y empresarios locales.
«En esta etapa se están contestando unas 120 observaciones que se hicieron al proyecto inicial que estará listo en agosto, y a partir allí seguirá el tema de la preparación de los pliegos», expresó López Puelles durante la presentación.
El objetivo fue presentar el proyecto públicamente en Luján de Cuyo porque será una pieza clave, ya que en ese departamento se localizará una estación multimodal con destino final en Los Andes.
El «Corredor Bioceánico Aconcagua» establecerá un nuevo nivel de integración física y comercial entre los océanos Pacífico y Atlántico, y propone una fuerte expectativa para el crecimiento de la región. Este cruce es indiscutiblemente el de mayor importancia respecto de todos los pasos terrestres existentes entre ambos países.
La primera etapa del tren de baja altura se concretaría en un lapso de diez años con un costo de 3.300 millones de dólares y prevé una capacidad de carga de 24 millones de toneladas, cifra que sería cinco veces mayor que la que se circula actualmente por el paso Cristo Redentor, sostuvo Nicolás Posse.
Son numerosos los beneficios que enunciaron, y se evaluaron catorce alternativas de túneles, de las cuáles se estudiaron en profundidad sólo tres y la elegida fue la que comprende un recorrido de 52 kilómetros, con un 2% de pendiente y con capacidad de carga de 77 toneladas al año. Y el tiempo máximo entre la estación de Luján y la de Los Andes será de cuatro horas.
También se esbozaron las ventajas del tren eléctrico en materia de seguridad en accidentología y en lo ambiental, además de la tecnología como herramienta fundamental en los controles de carga. En la tercera etapa consideran que podría trasladar pasajeros sólo en los momentos de corte de la ruta por las adversas condiciones climáticas de la cordillera, sobre todo en época invernal.
Fuente: Diario Uno