El 4to desayuno de actualización y capacitación organizado por la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), que se llevó a cabo el 5 de junio en el Sheraton de Retiro, centró su debate en el tema: Comercio exterior, la situación actual y las perspectivas.
Contó con las disertaciones de Diego Pérez Santisteban -presidente de la Cámara de Importadores (CIRA)-, Henry Lubel -gerente de la consultora Claves- y Martín Ferré -especialista en comercio exterior y director del estudio Ferré-.
Henry Lubel inició la serie de disertaciones, destacando que, en abril pasado, el saldo comercial argentino fue de 1.826 millones de dólares, con una tasa de crecimiento interanual del 40 por ciento. A su juicio, “esto se debió a las restricciones impuestas por la Secretaria de Comercio a la importación de bienes”, ya que “también cayeron las exportaciones”, subrayó. Por lo tanto, consideró que “el crecimiento del saldo comercial es ficticio”.
En ese sentido, sostuvo que “la caída de las exportaciones tiene relación directa con la caída de las importaciones”, puesto que “aquellas industrias exportadoras que requieren insumos importados están sufriendo las consecuencias de la restricción. Por ejemplo: la industria automotriz”.
A continuación, Diego Pérez Santisteban eligió iniciar su charla con los aspectos positivos del contexto: las exportaciones acumuladas en los últimos 12 meses suman 84.787 millones de dólares; las importaciones alcanzan los 74.402 millones de dólares, y la balanza comercial es de 10.385 millones de dólares.
Pero también se refirió a las sombras del contexto, al señalar que “hay un mundo que crece menos, aunque la buena noticia es que los emergentes seguirán a buen ritmo”. Además, indicó que “los controles cambiarios tienen como consecuencia que las exportaciones se queden sin crédito”. En opinión del ejecutivo, “otro problema radica en el tipo de cambio y la ampliación de la brecha con el mercado informal”.
Pérez Santisteban remarcó que el “gran problema es la inflación, que está en un 26 por ciento anual”. También señaló que “otra de las tareas pendientes es mejorar el resultado de las cuentas públicas, en especial el agudo desbalance provocado por el aumento del gasto público récord”.
El presidente de la Cámara de Importadores también destacó la necesidad de “aumentar la tasa de inversión en capital físico” y de “resolver severas limitaciones laborales para ampliar la capacidad productiva, la productividad y el crecimiento del PBI”. Para el ejecutivo, “otro grave problema que afecta al comercio exterior es la mala política energética”.
Como síntesis de sus palabras, señaló que los factores determinantes de la actual política de comercio exterior conllevan a una “menor actividad, protección e inversión”, en el marco de “un mundo que demanda menos”, al tiempo que en el país se pone de manifiesto “un nivel de gasto público incompatible con los ingresos corrientes, una política energética que fracasó, una inflación muy alta y un tipo de cambio que se rezagó cada vez más”.
De acuerdo con Pérez Santisteban, el mayor inconveniente de la política comercial radica en que “impide planificar”. En este sentido, subrayó que el 57 por ciento de las pymes se ve afectada por el sistema de control de importaciones que entró en vigencia el 1º de febrero pasado, según una encuesta de la Fundación Observatorio Pyme. “La mayor dificultad radica en importar insumos de producción”, justificó.
Como cierre de la jornada, Martín Ferré explicó las claves para importar sobre la base de la Declaración Jurada Anticipada de Importación. Al respecto, sostuvo que “una forma de flexibilizar el pedido es separando en ítems individuales el contenido, para prevenir los rechazos totales, y adaptarse mejor en los casos de aprobaciones parciales u observaciones al formulario”. También precisó que “el sistema contempla excepciones por urgencias e incluso presentaciones reemplazo de otras cuando ocurre una variación en la posición arancelaria”.