Los costos logísticos constituyen cada vez más un tema de alta prioridad en las empresas generadoras de carga y las de servicios logísticos. En estas últimas, la existencia de una estructura de costos que brinde niveles de servicio adecuados a las operaciones de sus clientes, representa la variable fundamental de su proceso empresario. Por el contrario, para las empresas generadoras de carga, el tema pasa porque la estructura de costos logísticos que utilice (propia o de terceros) le permita brindar servicios a sus clientes finales a través de una operación de alta productividad, con fuerte coordinación y sincronización entre las distintas estructuras de costos, y que la evolución de los mismos sea la apropiada para el nivel de servicios que le solicita su cliente.
Existen toneladas de textos referidos a los costos logísticos en particular, pero aquí nos referiremos a la evolución de aquellos costos conocidos por todos, que son medidos en forma rutinaria y que todos los sectores de la economía terminamos de una u otra manera pagando. Es decir, los incrementos de costo de la mano de obra y del gasoil, y de otros que se vienen produciendo mes a mes, con especial fuerza durante el presente 2011 y, en particular, en el pasado mes de julio.
El principal problema en la mayor parte de estos costos reside en que los mismos no son controlables por ninguno de los sectores y representan prácticamente el 70% (o más) de una operación logística tradicional. Por ejemplo Costos de la mano de obra directa: poco a poco, prácticamente la totalidad de las operaciones logísticas está siendo encuadrada dentro del decreto 40/89 que contiene a los trabajadores del sector logístico y transporte. Por ende, ante la variación en los niveles salariales y ante igual nivel de productividad, los costos de la mano de obra que atiende las operaciones logísticas y el transporte suben y tiene alta incidencia en los costos.
Costos de los combustibles: constituyen un costo muy significativo para la operación de transporte de los bienes en larga y media distancia, aunque también afecta el costo de distribución en menor medida. Este valor del combustible es de nulo manejo por parte de los usuarios. Se ha podido ver en los últimos tiempos que la evolución de los combustibles es mayor en los contratos de abastecimiento a graneles que en las mismas estaciones de servicio, y mucho mayor a medida que nos alejamos de la ciudad de Buenos Aires, lo cual afecta (y mucho) a los transportes de larga distancia. Asimismo cabe mencionar que en tiempos de escasez de combustible como ha pasado durante el último bimestre, el valor de venta en las distintas geografías del país alcanzó valores récords que, por supuesto, no han sido tomados en ninguna medición ya que los mismos fueron en su mayor parte precios de oportunidad.
PRODUCTIVIDAD EN BAJA
En estas situaciones, se produce también un incremento de costos por pérdida de productividad al tener que cargar varias veces durante el mismo tramo y, por ello, una importante pérdida de tiempo del vehículo. Las oscilaciones de estos dos componentes en julio, sumado a la oscilación de otros costos adicionales, como por ejemplo el convenio del personal de seguridad (27%), ha producido para el mes en cuestión lo que podemos denominar una «tormenta perfecta» de alto impacto en los costos operativos -con y sin transporte- y que nos llevan a un llamado de atención sobre el tema, pues aún existen incrementos que se trasladarán durante el resto del año, algunos en forma planificada y otros no tanto.
Julio ha tenido un impacto profundo en las estructuras de costos de operaciones, no sólo para el índice calculado por la Universidad Tecnológica Nacional sino también para el índice de la Federación argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). Como se dijo antes, julio último causó una «tormenta perfecta» debido que todo se dio para que la situación arrojara un guarismo de alrededor del 8% de evolución de costos en el mismo mes. Esto origina una serie de situaciones complicadas ya que, en general, la mayor parte de los contratos o convenios hablan de volver a conversar sobre el tema de costos cuando los mismos llegan a un 3% o 5% acumulado.
En este caso, los acuerdos se cayeron durante el mismo mes, obligando a las empresas y a todos los sectores a volver a pactar sus acuerdos de servicios y costos asociados, lo cual suele originar a su vez una fuerte pérdida de productividad de los recursos. Además, este porcentaje se ha dado en un momento en que el crecimiento para algunas empresas se ha detenido, al menos momentáneamente, lo que hace que estos números impacten en forma más importante en algunas de las operaciones.
EL FUTURO
Finalmente, también preocupa mucho el futuro, ya que en el mismo instante en que se escribía este artículo, YPF acababa de anunciar un incremento de alrededor del 6% adicional en sus precios de venta. Y como ya sabemos que antes de fin de año, por convenio, se volverá a incrementar el costo de la mano de obra, todo indica que en 2011 se estará en una evolución nunca inferior a la de los 12 meses anteriores ya mencionados. Si el combustible continua creciendo en sus precios, estos guarismos serán más superiores todavía. El autor es director técnico de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol), socio de Diagnóstico y Coaching Logístico SRL, y presidente de Soporte Logístico SA.
Fuente: La Nación
Autor: Carlos Musante