¿Se recuperó la economía mundial de la repentina y profunda recesión que comenzó el otoño pasado?
Economistas del Banco Mundial dicen que algunos signos vitales —como la producción industrial, el comercio y la inversión extranjera directa (IED)— están repuntando, pero se mantienen a niveles muy inferiores a los observados antes de la crisis.
«En este momento vemos que la recuperación está en marcha, que incluso ganará ímpetu», dice Andrew Burns, economista principal del Grupo de análisis de las perspectivas de desarrollo del Banco Mundial.
«En 2010 y 2011 comenzaremos a ver tasas de crecimiento inferiores a las que solíamos observar en los últimos años, aunque de todos modos serán bastante estables. Estamos esperando un crecimiento del orden del 5,5% en 2010 para los países en desarrollo».
No obstante se prevé que la brecha entre lo que el mundo es capaz de producir y lo que de hecho produce siga siendo amplia: aproximadamente en seis puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) en el caso de los países en desarrollo.
Estas naciones podrían además experimentar una reducción en su potencial productivo a largo plazo -casi en un 4% de su PIB- debido a los costos más elevados del financiamiento y al debilitamiento del sistema financiero.
«Eso significa que el desempleo será un problema sostenido para los países en desarrollo y para los de ingreso alto y que continuarán por un tiempo muchas de las transiciones difíciles y cambios estructurales que están ocurriendo actualmente, mientras nos adaptamos a esta desaceleración económica y al menor nivel de producción», precisa Burns.
De hecho, muchas naciones todavía sienten los efectos de la contracción económica. Es probable que el crecimiento de los países en desarrollo sea menor al 2% en 2009, comparado con un 8% del año anterior.
Cerca de 43 de ellos de bajo ingreso siguen padeciendo los efectos combinados de las crisis alimentaria, económica y de combustibles. Y el Banco Mundial estima que los déficit financieros para cubrir las necesidades de gastos esenciales podrían ascender a unos US$11.600 millones en estos países y predice que hacia fines de 2010 al menos 90 millones de personas más vivirán en la extrema pobreza (subsistiendo con menos de US$1,25 al día).
Surgen nuevos problemas comerciales
Otras regiones también tuvieron que enfrentar créditos más caros, la reducción de los mercados exportadores y la disminución de la IED como consecuencia de la crisis financiera, explica Bond.
Los países de ingreso bajo están preocupados también porque se pueda desacelerar la ayuda o cambie de destino a medida que los donantes enfrenten dificultades en sus propios territorios, mientras que las naciones emergentes del llamado grupo BRIC — China, India y Brasil — están intranquilos por las importantes reducciones de sus mercados de exportación habituales, como son Estados Unidos y Europa.
En parte, el comercio mundial se recuperó desde su nivel mínimo — una caída del 35% — de la primavera pasada. Se espera que el descenso en general sea de un 10% este año.
Sin embargo, un gran porcentaje de la recuperación comercial se debió al estímulo monetario y fiscal y al reabastecimiento de existencias, según Bernard Hoekman, director del Departamento de Comercio del Banco Mundial.
«A medida que los gobiernos comiencen a retirar estos beneficios, la gran pregunta es: ¿La demanda del sector privado se hará cargo de la tarea? Queda claro que en los grandes países importadores del mundo — de los cuales Estados Unidos es por amplio margen el ejemplo más destacado e importante— los hogares verán mucho más restringida la capacidad de consumo a la que estaban acostumbrados», agrega Hoekman.
«En el corto plazo, una recuperación mayor a la esperada rescataría a América Latina, algo que ya está ocurriendo en Sudamérica», dice Augusto de la Torre, economista principal para la región de América Latina y el Caribe.
«Pero hay una mayor incertidumbre en cuanto a que el mundo en su conjunto pueda recuperar un patrón de alto crecimiento para mediados de 2010 de una manera más equilibrada, donde Estados Unidos ahorre más, China consuma y gaste más y, quizás, América Latina invierta más».
¿Y después de la crisis?
En el futuro, el mundo se beneficiaría de «múltiples polos de crecimiento», dijo Robert. B. Zoellick, presidente del Grupo del Banco Mundial, durante un discurso pronunciado el 28 de septiembre en la ciudad de Washington.
Pero primero hay que proteger a los vulnerables.
Los líderes del Grupo de los Veinte (G-20) expresaron la semana pasada su apoyo a las iniciativas del Banco Mundial: Un nuevo Fondo para hacer frente a la crisis (para proteger a los países de ingreso bajo ante crisis futuras) y la Asociación Mundial para la Agricultura y la Seguridad Alimentaria.
Además, el Banco estableció otra serie de medidas durante la crisis para respaldar programas sociales, el comercio, sistemas bancarios en dificultades, proyectos de infraestructura, el microfinanciamiento y el sector privado.
«Con inversiones en infraestructura, las personas y la empresa privada, los países de América Latina, Asia y Oriente Medio en general podrían hacer un aporte a la ‘nueva normalidad’ de la economía mundial», dijo Zoellick al auditorio reunido en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Paul H. Nitze de la Universidad Johns Hopkins.
Y Ífrica, con una población de 1.000 millones de personas, también puede convertirse en un polo de crecimiento, sostuvo la máxima autoridad del Banco Mundial.
Informe del Banco Mundial