Las expectativas que genera la explotación del shale gas en la zona de Vaca Muerta, Neuquén, no dejan de crecer y no es para menos. El shale ha producido un cambio de paradigma en la producción mundial de hidrocarburos a partir de la experiencia desarrollada por los EE.UU., que siendo el mayor consumidor mundial de energía, dejará de importar gas en pocos años gracias al aumento de su producción proveniente de los recursos del shale. Las posibilidades de que algo similar ocurra en Argentina son muy grandes, ya que el país cuenta con reservas de shale gas estimadas en 802 billones de pies cúbicos, lo que lo ubica en segundo lugar a nivel mundial en cuanto a disponibilidad de este recurso, siendo superado solo por China.
SUMAR LA EXPERIENCIA AJENA
Desde luego, el desarrollo y puesta en producción de los pozos de shale no es tarea sencilla, ya que se requieren grandes inversiones en tecnología, infraestructura y también el diseño de una cadena de abastecimiento eficiente y continua que provea a los yacimientos de grandes volúmenes de agua y arena, que son los principales insumos requeridos por esta industria para su funcionamiento. Para conocer más sobre la actualidad y características de estos proyectos, Énfasis Logística entrevistó a Alex Fleming, Senior Manager, Ernst & Young LLP Oil & Gas Advisory, Performance Improvement, quien visitó Argentina para participar del «Summit de Oil & Gas Supply Chain» donde compartió su experiencia de trabajo en la industria del shale en los Estados Unidos, con el fin de aportar conocimientos y experiencias al incipiente desarrollo local.
Énfasis Logística: ¿Qué características particulares presenta la logística en la industria del gas no convencional (shale)?
Alex Fleming: Dentro de la industria de hidrocarburos, la supply chain resulta mucho más importante para el no convencional que para la explotación de petróleo convencional, por eso en Estados Unidos se realizan muy frecuentemente conferencias como ésta a la que he venido a participar. Esto se debe a que Estados Unidos es el país que más ha desarrollado esta técnica de extracción en el mundo. Las razones por las que la logística resulta clave en el shale gas, en comparación con la explotación petrolera tradicional, es que esta técnica exige el traslado de insumos muy pesados para su funcionamiento, como arena (500.000 kilos por día todos los días en EEUU.), grandes cantidades de agua y otros químicos. Como en casi todos los casos, en Estados Unidos estos productos no se encuentran cerca de las zonas de explotación, por lo que deben ser transportados a través de cientos de camiones por día, todos los días de forma constante. Hay que tener en cuenta que los pozos están operativos durante las 24 horas del día, por lo que necesitan ser abastecidos constantemente de agua y arena, y que también se debe gestionar su desagote. El retiro y deposición de los residuos y el agua deben cumplir con las medidas medioambientales lo que conlleva un gran esfuerzo para la cadena logística. Por todo esto la supply chain es crítica en el desarrollo del no convencional, si no llegan el agua y la arena la producción no puede continuar.
É. L: ¿Qué otras necesidades caracterizan a esta industria?
A. F: Los recursos humanos y su disponibilidad constituyen también un aspecto clave. Se necesitan muchas personas trabajando en los pozos y también en los alrededores, y si tenemos en cuenta que ya en la actualidad la industria petrolera tiene problemas para cubrir sus necesidades de personal en los pozos convencionales, el advenimiento del shale gas, que además es más especializado, seguramente va a agravar este problema. Ante la falta de disponibilidad de suficientes RRHH para las distintas actividades de la cadena de abastecimiento, lo que se hace en EE.UU. es desarrollar con el apoyo de las compañías, las universidades y el Estado, las carreras asociadas con la actividad, para garantizar la disponibilidad de profesionales en el futuro cercano. Por otro lado, desde el punto de vista logístico, la necesidad de mover material pesado como: arena, cemento, agua, acero y gestionar devoluciones, requiere de una gran inversión también en infraestructuras como tanques y almacenes, entre otras.
É. L: ¿Cómo fue la evolución de esta industria en los Estados Unidos?
A. F: El shale gas es una metodología nueva que se ha comenzado a aplicar desde hace solo 8/10 años. Estados Unidos fue pionero en su desarrollo, y si bien hay otros países que actualmente lo hacen como Rusia, Polonia y Ucrania, Argentina es uno de los países con mayor potencial para realizar producción shale a gran escala. La revolución que se vivió en Estados Unidos en torno a los no convencionales no tuvo precedentes en los que basarse, por lo que debieron resolver muchas cosas sobre la marcha, y es por eso que resulta interesante tomar la experiencia de lo que ellos han vivido para no repetir errores. La historia del Shale en los Estados Unidos comenzó por la iniciativa de un inversor individual, George P. Mitchell, quien durante años fue trabajando y mejorando los distintos métodos de extracción del no convencional, mediante prueba y error, y recién en 2003 logró encontrar una forma efectiva y rentable de realizar este proceso. Su éxito no se debió a la creación de una nueva tecnología, sino a una combinación de viejas tecnologías. Desde hace mucho tiempo se sabe que el gas está ahí, pero los costos de extracción hacían inviable su comercialización. Una vez que se definieron las tecnologías y se resolvieron los factores económicos se produjo la revolución del shale gas, que fue tan significativa en cuanto a los volúmenes de gas extraído que el precio del combustible bajó en el mercado.
É. L: ¿Cuáles son los factores clave en los que se debe trabajar para el desarrollo de estos proyectos?
A. F: En primer lugar es importante definir desde dónde se proveerá de arena y agua a los yacimientos y cuántos camiones serán necesarios para asegurar el abastecimiento. Hay que analizar también si existe la posibilidad de utilizar el ferrocarril o acueductos para tal fin. Para el caso del abastecimiento conviene llevar lo más posible en tren y usar solo el camión para la última milla, aunque desde luego si no existe una infraestructura adecuada esto requiere de mucha inversión asociada. La buena noticia es que esto representa oportunidades de negocio para todos, la idea es desarrollar distintos medios de forma complementaria. Otro aspecto importante, y que incentivó las inversiones, es que en los EEUU el mercado del petróleo es libre, por lo que los yacimientos lo pueden vender a distintos compradores y manejar el precio. Contar con un sistema de comercialización flexible es entonces un elemento muy importante.
É. L: ¿Qué características presenta la extracción de no convencionales en cuanto a la sustentabilidad de sus operaciones?
A. F: En cuanto al impacto en el medio ambiente el problema principal del shale no es el «fracking» (extracción) en sí, sino la disposición del agua. Si la gente toma malas decisiones, como en otras industrias pesadas y químicas, se van a generar impactos negativos en el medio ambiente, pero si toman buenas no se van a generar problemas porque existen formas de hacer bien las cosas. Lo importante es otorgar libertad a las compañías para que el negocio sea rentable pero siempre controlando los puntos críticos. La manipulación y disposición del agua son los aspectos más importantes a tener en cuenta en este sentido.
É. L: ¿Cómo se estructura la relación entre el Estado y los privados en el caso de los Estados Unidos?
A. F: La industria del petróleo se divide entre los operadores (YPF por ejemplo) y las empresas de servicios que realizan los pozos y las infraestructuras. En los EE.UU. existen distintos roles entre el gobierno federal, el estatal y el municipal. En la legislación nacional se definen los aspectos relacionados con el manejo del agua y del ambiente, a la vez que los gobiernos provinciales y municipales tienen cierta autonomía para legislar sus territorios. Los trenes, si bien están regulados por el gobierno nacional, también se ven influidos por las reglamentaciones de las provincias y municipios que recorren. Toda la disposición de agua y de residuos, y todo el transporte en general están en manos del orden municipal. Existen ambigüedades y zonas grises en cuanto a responsabilidades, por eso es importante ser claro en cuanto a las reglas del juego. Es necesario que las compañías conozcan con precisión cuáles son las reglamentaciones vigentes y ante quienes deben probar su cumplimiento.
É. L: ¿Qué recomendaciones le brindaría a los operadores logísticos locales que quieran participar en esta industria?
A. F: Los que estén interesados en esta industria deben saber que necesitan contar con camiones y equipos especializados para poder cumplir con los requerimientos de una actividad tan específica. Actualmente en Argentina las compañías petroleras tienen dificultades para conseguir camiones especializados para realizar las operaciones convencionales, por lo que las necesidades de inversión en este sentido son muy grandes.
E. L: ¿Qué tiempos considera que podría demandar este desarrollo en Argentina?
A. F: Tomando la experiencia de lo ocurrido en EE.UU., donde en 2003 se resolvieron los obstáculos técnicos que posibilitaron el desarrollo del shale gas y se comenzaron a buscar inversores para, recién en 2010, comenzar a operar con volúmenes considerables; considero que debería resolverse en menor tiempo, ahora que ya se sabe que el procedimiento funciona y que es rentable.
(*) Redacción Énfasis Logística Sudamérica
Puede conocer más sobre este tema asistiendo a la conferencia «¿Qué impacto tendrá Vaca Muerta en la logística argentina?» que dará Bruno Agosta, Ingeniero Civil por la UCA y Master en Ingeniería del Transporte MIT, en el auditorio Summit del Seminario Internacional de Management Logístico 2015, que se realizará el próximo 19 de mayo en el Hipódromo de San Isidro. Para conocer la agenda, click aquí.