En 2016 los indicadores de actividad industrial mostraron caídas generalizadas en la mayoría de los rubros del sector industrial. La contracción de la actividad económica es reflejo del deterioro del salario real, afectado por la elevada inflación, el aumento de los servicios públicos y ajustes de sueldos por paritarias que han quedado por debajo de la tasa de inflación anual esperada para 2016 (40%).
Recomponer la actividad económica será uno de los desafíos del gobierno para 2017. Para ello será decisivo conseguir un mayor control sobre la inflación lo que permitiría recuperar el poder adquisitivo del salario real y dar impulso al consumo interno.
El Estimador Mensual Industrial (EMI) muestra en Noviembre de 2016 una baja del 4,1% respecto del mismo mes de 2015, mientras que el acumulado de los primeros once meses de 2016 registra una disminución del 4,9% con respecto a igual período del año anterior.
Sin embargo, los pronósticos para 2017 son alentadores y estiman una incipiente recuperación de la actividad económica, impulsada en parte por el retorno de la industrial nacional al mundo, bajo políticas más externas claras.
En ese sentido, el gobierno trabaja para mejorar el acceso a los mercados, integrar cadenas de valor y multiplicar la cantidad de acuerdos con el mundo, aunque la industria local aún tiene pendiente el desafío de mejorar la competitividad para conseguir integrarse al mercado externo.
Visión del mercado de centros logísticos y depósitos
El mercado continúa mostrando indicadores saludables y el inicio de cierta reactivación, más allá del complejo contexto económico actual.
La superficie en construcción aumentó durante el segundo semestre de 2016 por lo que varios desarrollos ingresarán al mercado en un futuro cercano, al tiempo que otros proyectos en carpeta, están siendo revisados para iniciar su construcción en el corto plazo. La producción de nueva superficie Premium en 2016 fue record, superando en un 44% al promedio de los últimos cinco años.
La demanda acompañó el crecimiento de la oferta alcanzando una absorción neta anual de 152.600 m2, cifra un 6,7% más alta a la registrada en 2015, validando el mayor dinamismo del mercado Premium durante el último semestre de 2016.
El submercado Triángulo San Eduardo continuó concentrando la mayor parte de la actividad de renta, que ha estado impulsada por la incorporación de nueva superficie en el mismo. Esto confirma no sólo la preferencia de las empresas para situarse en la zona, sino también la elevada dependencia del sector por la comercialización de espacios bajo la modalidad buit to suit, ya que se prácticamente toda la nueva superficie ha entrado al mercado pre-alquilada.
El mayor dinamismo mostrado por el Triángulo San Eduardo dejó un descenso en el índice de vacancia, que se situó en el 7,2% al cierre de 2016.
Los precios de renta medidos en dólares comienzan a retomar valores históricos. Mientras estuvieron vigente las restricciones de acceso al mercado cambiario, el sector operó bajo una divisa devaluada y precios de renta medidos en Dólares que tendieron al alza. La finalización de estas restricciones motivó que los precios de alquiler en Dólares retornen niveles históricos, y en moneda local se mantengan a pesar del cambio de escenario económico.