Juan Ignacio Nieto, Director de Operaciones de SLA, expresó el significado de esta experiencia para todo el equipo: «Nos sentimos felices y orgullosos de ser partícipes de este hermoso proyecto en el que hace bastante tiempo venimos trabajando para que se concrete. Fue algo único e irrepetible, priorizando siempre la seguridad de Pupy. No hay palabras para describir la magia de este viaje y la energía positiva de este grupo humano. Felicidad absoluta».
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Compartimos los principales números e hitos de este viaje histórico:
4 días y medio
Fue lo que duró esta travesía. “La trasladamos en un camión y carretón especialmente adaptado para ella. Lo hicimos en tiempo récord. Ella llegó como esperábamos. Detrás de todo este trabajo hubo un equipo muy dedicado, liderado por Juan Ignacio Nieto y tres choferes: Aldo Cisneros, Andrés Braco y Nicolás Tedesco”, comenta Mario Nieto Paredes, CEO de SLA, empresa especializada en logística, distribución y transporte de mercaderías, animales y cargas especiales, que estuvo a cargo de la logística general de este viaje.
1 caja diseñada a medida
El transporte se realizó en una caja, propiedad del Santuario, diseñada especialmente para este tipo de traslados. Fue muy importante organizar toda la documentación de admisión temporaria, confiando en que los permisos no se venzan. Esta caja garantiza ventilación, estabilidad y suficiente espacio para que el equipo de veterinarios que acompañó al animal pudiera realizar los chequeos durante el viaje. Pupy no necesitó sedantes para este traslado y se mantuvo tranquila durante toda la travesía. “Participamos de este proyecto de punta a punta. Importamos la caja, la fuimos a buscar hasta el Santuario de Elefantes Brasil y la dejamos en el Ecoparque de Buenos Aires para que Pupy empezara con los entrenamientos, para el ingreso voluntario a dicha caja”, relata Juan Ignacio Nieto.
2700 kilómetros
Fue el trayecto recorrido. Para la carga dentro del Ecoparque se utilizaron dos camiones (tractores) ya que el lugar era muy angosto y quedaba muy poco espacio con la grúa que se empleó en la operación. En el último tramo del viaje se realizó un cambio de camión. Más cerca del Santuario los caminos son de tierra y más desafiantes, por lo que se necesitó de un vehículo más alto.
Paradas cada 3 horas
Durante el trayecto, se hicieron paradas cada tres horas aproximadamente, para velar por el estado de Pupy, alimentarla y limpiar la caja de traslado, que contaba con cámaras que grababan en vivo y la monitoreaban en todo momento.
3 veterinarios y 3 cuidadores
El recorrido se hizo en compañía de tres veterinarios y tres cuidadores que conocen muy bien a Pupy y que se venían preparando hace mucho tiempo con ella. También formaron parte de la comitiva Scott Blais, Director del Santuario de Elefantes, experto en esta especie y en traslados; y Ramiro Reyno, subsecretario del Ecoparque, brindando apoyo al equipo. El traslado se llevó a cabo gracias a un operativo conjunto entre el Gobierno de la Ciudad, el Santuario de Elefantes y la Fundación Franz Weber, representada por Tomás Sciolla, quien también participó del viaje.
1200 hectáreas
El único santuario para elefantes en América Latina está situado en una propiedad increíblemente diversa que ocupa esta superficie, en Chapada dos Guimarães, Brasil. Allí, Pupy tiene la posibilidad de vivir en la misma reserva donde lo hacen otros ejemplares de origen asiático, como es el caso de Mara, también trasladada desde Buenos Aires por SLA en 2020. La elefanta llevaba más de 30 años sin tocar un árbol vivo, por lo que este viaje tuvo el noble objetivo de darle la vida que siempre mereció.