Por Andrés Asato.
El especialista advierte que “no existen las soluciones tecnológicas únicas para conducir una transformación 4.0, y que pueda dar una respuesta adecuada al cliente, siempre es necesario combinar varias soluciones especializadas de manera inteligente, y sobre todo, saber manejarlas”. La automatización bien empleada y el beneficio que vamos a tener, dice Rodrigues, lo sabremos a partir del conocimiento primero de las debilidades del proceso anterior. Hay que ser más flexibles y adaptables, aconseja: “en una operación automatizada, la velocidad es muy alta y la capacidad de adaptarse a variaciones de la demanda, para abajo y para arriba, a los cambios, tienen que ser progresivos, con muy pocas tareas, no es lo mismo adaptarse a un proceso manual y a uno automático”.
Para el inicio de un circuito virtuoso de la logística, Rodrigues aconseja que “si una operación no se encuentra estable, es mejor no empezar de inmediato la jornada”. La transformación 4.0 es un proceso que lleva su tiempo, “paso a paso” dice cuando la impaciencia suele ser mala consejera en estos casos. “Y no avanzar hasta antes no estar seguros de que la etapa actual está cerca de su límite”, agrega. Es mejor no invertir el orden de los pasos “primero vienen el proceso y las personas, luego la tecnología”.
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¿Cuándo es aconsejable automatizar? Cuando esté claro que hay una o más debilidades y no se puede avanzar con lo que se está haciendo. Pero –advierte Rodrigues- antes “hay que prepararse para el cambio”. La potencialidad del e-commerce, la variedad de canales y herramientas nuevas que están a disposición del consumidor, tiendas, marketplaces, puntos de distribución y todo lo que se ha acelerado después de la pandemia y que hace a tener un consumidor cada vez más cercano al producto.
“La propia reducción del caos que generan la velocidad de estas transformaciones que vivimos hoy pasa por cambiar la cultura del trabajo de una empresa, ese es un punto clave”, señaló el especialista. “Es necesario desarrollar una cultura digital, de gestión compartida para lograr mayor agilidad, velocidad, no puede estar una persona trabajando entre paredes que dividan. El cambio cultural hacia un trabajo más colaborativo, sencillo, multicultural, termina siendo el factor clave y decisivo. En la optimización de los flujos, también la cultura del trabajo tiene que estar ensamblada para que la capacidad de crecimiento en la automatización esté asegurada a lo largo del tiempo”, concluyó Ricardo Ruiz Rodrigues.
Eduardo Kastika
La innovación no es un juego para tirar del billete
Lo mejor para quienes no lo conocen aún es ingresar a su cuenta en Instagram y sentir que están en una clase virtual. Planos blancos, frases escritas en marcadores de colores, imágenes desde cualquier lugar y la sensación de estar frente a un “gurú”, que habrá que descubrir en qué puede resultar un sanador o un estimulador de ideas. Dice así: “Vos te animás, te rompés el lomo, asumís riesgos… y los demás opinan, critican, cuestionan… es así. Pasa siempre!…”. La respuesta de Kastika es… “No es grave (seguí haciendo cosas)”. Y no se baja del camino: “No hay misterio, si practicás, en algún momento, mejorás”.
Ahora empieza uno a “conectarse” de otra manera con el personaje en cuestión. Eduardo Kastika es Doctor en Ciencias Económicas y lo suyo es la Innovación y Creatividad. Suena raro, dicho así. Porque si algo caracteriza a los que día a día nos hablan de economía desde los televisores, en los portales o en las radios por streaming, es que nos acordamos de ellos cuando vamos a desayunar un café con una media luna o a una verdulería y pedimos la cuenta. En lo que menos pensamos es un economista “creativo”. Es preferible, entonces, seguir su paleta de colores y quedarse con alguna de sus definiciones: “la originalidad de tus proyectos definen tu camino”. O “los públicos que elegís aumentan tu confianza” (y esta es buena a la hora de eliminar a los que son tóxicas/tóxicos).
Innovación ¿cómo hacer que las ideas se conviertan en realidad?, fue el tema que este profesor de la UBA, speaker y autor (como se autodefine en su cuenta en Instagram) desarrolló, no sin invitar a participar y jugar con el público presente, en la jornada logística de este Managemet 2023. ¿Por qué hay ideas que sí funcionan y otras que no? Kastica dice que la lógica es diferente y hay que “lograr transformar a través de meterse en la vida de la gente”. Y comienza a desmenuzar una serie de “tips” como decir, por ejemplo “cuando decidan innovar piensen en lo que había antes”.
La clave es que la idea se adopte, dice. Que sea entendible, clara, y si uno tiene que empeorar la idea hasta que funcione, también: “Ponerla en órbita y lograr que públicos muy diversos y conectados entre sí conozcan la idea”, explica a un auditorio atento a sus consignas. “Eso la pone a prueba, y para que la idea sea adoptada y circule entre más gente tiene que evitar la sensación de estar en situaciones de retrocesos, con los usuarios o los clientes, y que a uno le impidan avanzar”, cuenta Kastika.
Innovar es sustituir lo que ya estaba antes, aclara ante un público que piensa más en inventar. “Partan de la premisa de que a la idea no la hace uno solo sino con el otro, que lo rebuscado y sofisticado no funciona, no jueguen al solitario, júntense, mézclense, den primero y pidan después, la innovación no es un juego para ganar batallas tontas y adictivas, ni un juego para tirar del billete”, advierte. Hay que pensar en cómo pensamos, dice en su cuenta de Instagram, comunicar con claridad, escuchar con empatía, colaborar cuando se necesite y enfocarse en pocas ideas clave. Y “arrancar antes de la manada”, que no es otra cosa que poner en juego la actitud de los pioneros.
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