Durante su exposición, Landa advirtió que Argentina necesita adoptar la competitividad como política de Estado, reconociendo que la exportación impulsa el trabajo y el desarrollo. “La colaboración entre el sector público y privado es esencial para el crecimiento sostenible”, sostuvo
Desde la reintroducción de las retenciones en 2002, su escalada y expansión en productos abarcados llego a representar el 15% de las exportaciones nacionales, un valor ya excepcionalmente alto en el contexto mundial. Landa puntualizo que la Organización Mundial del Comercio (OMC) advierte sobre los riesgos de este enfoque para productos primarios, señalando que más que aumentar el bienestar nacional, lo reduce. También indico que no existen fuera de Argentina ejemplos de aplicación de este derecho a bienes manufacturados
Señalo que los resultados de este «impuesto transitorio» de 22 años, han sido “nefastos “: una disminución del 33% en empresas exportadoras en los últimos 15 años, una caída del 7% en la participación de las PyME en la última década, y solo el 23% de los establecimientos industriales exportan en la actualidad.
Argentina perdió 4,000 empresas exportadoras y medio millón de empleos directos e indirectos en los últimos 15 años. En cuanto su participación mundial se redujo a menos de la mitad, alcanzando el 0,25% en 2023, lo que se traduce en pérdidas anuales de U$ 42,000 millones. Además, las exportaciones exportadas totales están estancadas desde hace 16 años, con manufacturas agropecuarias e industriales, los más afectados en la propuesta actual, cayendo sostenidamente.
Mientras celebra el avance en el acuerdo Mercosur-Unión Europea, «2resulta incomprensible imponer al mismo tiempo gravámenes adicionales que nadie aplica, mientras que contrariamente se acelera la tendencia mundial de subsidios y políticas industriales expansivas», aclara la entidad en un comunicado de prensa.
A la vez que asegura que «la propuesta de aumento de derechos no solo contradice las plataformas electorales de las principales fuerzas políticas incluido el oficialismo, sino que también son llamativas la declaración del propio Ministro Caputo sobre la naturaleza perjudicial de las retenciones para el desarrollo argentino»
Desde CERA se destaca que el propio Fondo Monetario Internacional advierte sobre los efectos negativos de imponer derechos de exportación inmediatamente después de una devaluación, por lo que estima que no habrá un efecto recaudatorio positivo.
Ante este panorama, la Cámara de Exportadores de la República Argentina propone una solución simple y fiscalmente conservadora:
· Ninguna suba de derechos.
· Mantener derechos solo para soja, maíz, trigo, cebada, girasol y sus respectivos derivados, comenzando con una reducción gradual anual.
· Eliminación inmediata de derechos para productos orgánicos, economías regionales
(incluyendo pesca y carnes), y bienes industriales.
· Asegurar que no se reinstauren derechos eliminados en el futuro.
Esta propuesta afectaría solo $600 millones de recaudación anual actual, pero parte se recuperaría con el impuesto a las ganancias, el cual es además coparticipable, con lo cual el efecto neto en el corto plazo seria menos del 1%. Existen, menciono Landa, opciones aun no consideradas para mejorar el resultado fiscal sin afectar el empleo y el desarrollo,
«CERA está convencida que los legisladores tienen la oportunidad de desarticular un impuesto injusto y regresivo y promover un círculo virtuoso de inversión, generación de empleo e inclusión genuina, alineándose con las promesas electorales y el respaldo del voto nacional», remarcó hoy la entidad en su comunicado oficial.