Nuestros jóvenes y el desafío del empleo logístico

La logística 4.0 se despliega rápidamente en el mundo. Sin embargo, el ser humano, por ahora y por un buen tiempo, será protagonista en los procesos logísticos. Pero con un enfoque diferente. Y desde este nuevo enfoque podemos preguntarnos, ¿cómo deberán encarar las nuevas generaciones el futuro laboral en logística? ¿Seguirán siendo nuestros jóvenes protagonistas de la nueva logística que ya se vislumbra?

 |   12 de septiembre del 2024
Nuestros jóvenes y el desafío del empleo logístico

Por: Marcelo Renzulli. 

La Logística Tradicional: un pasado de fuerza bruta

Hace unos años[1], en un artículo de esta misma revista presentábamos una comparativa entre el logístico caminante y el logístico pensante.

Definíamos al logístico caminante como un «movedor» y «guardador» de mercadería, una persona que necesitaba ante todo destreza en sus movimientos, pero de gestionar, tal vez poco y nada…

Pero, ¿por qué esta definición?

Porque durante décadas, la logística se asoció con tareas físicas: cargar y descargar camiones, acomodar productos en almacenes, mover y transportar mercadería de un punto a otro.

Los jóvenes que buscaban ingresar a este sector se preparaban para trabajos que demandaban fuerza, resistencia y una buena capacidad para seguir instrucciones sin analizarlas.

Estas personas debían tener el siguiente perfil de competencias necesarias:

  • Educación nula o primaria, que le permita realizar operaciones aritméticas simples.
  • Mínima capacitación laboral, solo higiene y seguridad en el trabajo (obligación por la ART) o conducción de auto elevadores o vehículos (también legalmente exigible).
  • Nula participación en decisiones tácticas, solo se obedece lo que se le ordena.
  • Escasa relación con otras áreas, ya que se hace el trabajo sin levantar la cabeza.
  • Trabajo en “quintas”, no siendo necesario el enfoque al cliente o al proceso.
  • Baja necesidad de comunicación, dado que no hay necesidad de comunicarse, salvo órdenes directas.

Este logístico debía tener resistencia a un trabajo duro, bajo condiciones difíciles en cuanto al ambiente laboral, corriendo riesgos a veces ni siquiera previstos por su empleador, muchas veces en precarias condiciones y con escasos o nulos elementos de protección personal.

Debo aclarar a esta altura que el tiempo “pasado” usado en los verbos de los párrafos anteriores, lamentablemente debe leerse en muchos casos como un “presente”, y que, si bien de a poco las empresas reducen riesgos de accidentes o dan valor a la actividad logística, predomina la fuerza y la destreza manual por sobre el intelecto.  Y a muchos jóvenes ingresantes se los selecciona aprovechando su capacidad de utilización de sus brazos, y sus pies por sobre su inteligencia.

De allí el mito del “logístico caminante”.

Presente y futuro del nuevo trabajador logístico

La pandemia que vivimos a comienzo de esta década aceleró drásticamente la forma en que el mercado compra, el mercado consume o el mercado exige. Y en esto, es protagonista la tecnología.

La irrupción de las tecnologías digitales ha revolucionado por completo la logística. Hoy, los almacenes inteligentes, la robótica, la inteligencia artificial y el internet de las cosas están transformando la forma en que se mueven y almacenan los productos.

La transformación digital ha llegado para quedarse, solo dudando de cuál es la velocidad del cambio y cuán rápido el mercado adquiere nuevos “pisos” de exigencia en velocidad y calidad del servicio.

Y en esta transformación, el nuevo paradigma pasa por re enfocar al logístico: no más (o mucho menos) caminante.

En síntesis, es inevitable el incremento de actividades operativas logísticas emergentes asociadas a la planificación, la coordinación y la comunicación.

Esto es, el cambio hacia el logístico pensante, sin necesidad de caminar (o con mucha menos frecuencia) pero con un fuerte enfoque a su desarrollo intelectual.

Entonces, ¿qué implica este cambio para las jóvenes generaciones del trabajo operativo de la logística? Básicamente:

  • De la fuerza física al intelecto: Si antes el valor residía en la capacidad de levantar pesos, ahora se busca a profesionales con habilidades analíticas, capacidad de resolución de problemas y conocimientos en tecnología.
  • De la rutina a la innovación: La nueva logística o logística 4.0 (por afinidad con la cuarta revolución industrial) demanda personas proactivas, capaces de adaptarse a los cambios constantes y de proponer soluciones innovadoras.
  • Del trabajo individual al trabajo en equipo: La colaboración y la comunicación efectiva son fundamentales en entornos laborales cada vez más interconectados.

Por ende ¿cómo preparar a nuestras nuevas generaciones para el futuro (¡o el presente!) de la Logística?

Para ser competentes en el dinámico mundo de esta nueva logística emergente, los jóvenes deben:

  • Adquirir habilidades técnicas:
    • Dominio de herramientas digitales: desde una planilla de cálculo, a software de gestión empresarial (ERP), de administración de almacenes (WMS), de ruteo y transporte (TMS), plataformas de comercio electrónico, herramientas de análisis de datos, de pronósticos, entre otras.
    • Conocimientos en programación: La automatización de procesos cada vez más presente requiere de personas con habilidades en programación. Al menos para el procesamiento de información proveniente de la “big data”.
    • Aplicación de conceptos logísticos: asociados a la cadena de suministro, planificación de abastecimiento, producción, distribución o gestión de inventarios, entre muchas sub disciplinas de la logística.
  • Desarrollar habilidades cualitativas:
    • Pensamiento crítico: Capacidad de analizar situaciones complejas y tomar rápidas decisiones.
    • Creatividad: La innovación es clave para encontrar soluciones a los desafíos logísticos.
    • Adaptabilidad: El sector logístico está en constante turbulencia y evolución, por lo que es esencial ser flexible y estar dispuesto a aprender nuevas cosas permanentemente.
  • Fomentar el aprendizaje continuo:
    • Cursos online: Plataformas como Udemy, entre muchas otras, ofrecen una amplia variedad de cursos relacionados con la logística y la tecnología.
    • Programas de formación profesional: Los institutos técnicos y las universidades ofrecen carreras y especializaciones en logística, tales como el Instituto Universitario Aeronáutico, de quien soy docente hace muchos años, pionero en la educación superior a distancia en Logística.
    • Prácticas profesionales: La experiencia laboral inicial, (incluso pasantías part time en entidades educativas, o programas gubernamentales para el primer empleo juvenil) es fundamental para adquirir habilidades prácticas y establecer contactos en el sector.

El joven logístico competitivo: ¿cómo adecuarse?

Las competencias laborales son el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que una persona posee y aplica en su trabajo. Estas capacidades le permiten desempeñar sus funciones de manera eficiente y eficaz, y contribuyen a su desarrollo profesional.

Un joven logístico competitivo deberá contar con un “mix” de competencias que podemos dividir en “duras” y “blandas”.

  • Las competencias duras

Son aquellas habilidades específicas y técnicas que una persona adquiere a través de la educación formal o la experiencia laboral.

Desarrollar la Aptitud Logística significa:

  • Conocimiento en técnicas logísticas.
  • Competencias tecnológicas hard y soft.
  • Aptitudes de planificación.
  • Gestión de proyectos y metodologías ágiles.
  • Educación en el análisis de datos.
  • Capacitación en Calidad y sus sistemas de gestión.
  • Administración por objetivos e indicadores.
  • Conocimiento de la gestión administrativa.
  • Otras habilidades en disciplinas más específicas de su función.

 

  • Las competencias blandas

Son aquellas cualidades personales y sociales que permiten a una persona interactuar de manera efectiva con otros y adaptarse a diferentes situaciones laborales.

Desarrollar la Actitud Logística significa:

  • Proactividad en el manejo de la información.
  • Comunicación sistémica.
  • Enfoque a procesos y partes interesadas.
  • Actitud hacia la coordinación, el control y el servicio.
  • Orientación al desempeño eficaz y eficiente.
  • Pensamiento ágil, adaptación al cambio y al estrés.
  • Visión hacia a la Sustentabilidad.
  • Pasión por la Seguridad y la Salubridad.

 Se hace difícil imaginar cómo nuestros “millennials” lograrán escalar este difícil desafío de adquirir las competencias vistas más arriba, pero también es cierto que hay muchos pre conceptos sobre las aptitudes y actitudes de nuestras nuevas generaciones. Subestimar a los jóvenes es, a veces, pensar con paradigmas anticuados.

Por eso, la evolución de los requisitos laborales de la “nueva logística” debe estimular a las nuevas generaciones -desde las políticas de educación pública, pero también de la oferta privada tradicional o virtual- a desarrollar nuevos logísticos pensantes. Que no se olviden de “caminar” pero que enfoquen su intelecto a la calidad del servicio, la velocidad de respuesta, la mejora continua y la innovación, sin olvidar la contención de costos de la gestión.

La “nueva logística” no es una promesa para el futuro, es una realidad del presente. Los jóvenes que se preparen adecuadamente tendrán acceso a un amplio abanico de oportunidades laborales y podrán contribuir a transformar la forma en que se mueve y almacena la mercadería en el mundo.

[1] “El nuevo paradigma de los RRHH en logística”. Énfasis Logística. Abril 2022

(*)Es ingeniero electricista electrónico (UNC) y auditor líder para la certificación de Sistemas de Gestión de la Calidad bajo las normas ISO 9001, ISO 27001 e ISO 17100. Cuenta con más de veinte años de experiencia como consultor y docente en Logística, Calidad y Gestión Organizacional.

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Marizú Olivera Orquera

Lic en Comunicación Social, redactora y periodista. Encargada editorial en Énfasis Logística 2021.

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