El Gobierno de Bolivia anunció hoy una inversión «gigante» en carreteras y un ferrocarril para integrarse con las terminales marítimas del sur de Brasil en el Atlántico y de Perú en el Pacífico, y dejar así al margen a los puertos de Chile.
El vicepresidente Ílvaro García Linera dijo, en una rueda de prensa, que esa decisión «va a cambiar la economía regional en la siguiente década» e implica que la carga boliviana que llega al puerto chileno de Arica será «desviada» gradualmente hacia las terminales peruanas de Matarani e Ilo.
En la actualidad, entre un 60 y 70 % del comercio de Bolivia con ultramar se produce por medio de las terminales del norte de Chile. García Linera, que ejerce la presidencia interina de Bolivia por el viaje del presidente Evo Morales a Europa, sostuvo que a partir de hoy el Gobierno dispondrá de fondos para financiar los estudios y la planificación del ferrocarril y de la carretera con Perú.
El proyecto del ferrocarril, que demandará una inversión de 2.000 a 3.000 millones de dólares, busca unir Bolivia de este a oeste facilitando el transporte de la carga brasileña al Pacífico.
«Seguramente vamos a tomar otras decisiones de carácter económico que van a llevarnos a apuntar hacia el lado del Perú, en tanto no se resuelva este tema (demanda marítima) con los hermanos de Chile», dijo García Linera a los periodistas.
Ambos países se han distanciado en el último tiempo debido al enfrentamiento entre Morales y su homólogo chileno, Sebastián Piñera, por la demanda del primero de una restitución de la salida soberana al Pacífico que perdió Bolivia en una guerra a fines del siglo XIX.
El vicepresidente habló del asunto al ser consultado sobre la inauguración, el 5 de abril, de un tramo en el territorio boliviano de una «carretera interoceánica» que incluye rutas brasileñas que llegan al Atlántico y que deben unirse con puertos del Pacífico. Explicó que la interoceánica pasará por territorio boliviano e irá a «desembocar» a los puertos peruanos, en lugar de los chilenos, lo cual tendrá efectos económicos en los próximos dos años.
EFE