Vinos de exportación que se venden en el mercado negro a un 25% del precio real, cargas que llegan a destino internacional con faltante y semis completos que se pierden en las rutas argentinas. Son varias las bodegas que tuvieron problemas de este tipo por los robos.
Parecía que la modalidad de robo se había apaciguado, pero en los últimos dos meses varias bodegas han tenido problemas y sus vinos, especialmente los de exportación, aparecen en el mercado negro.
Las bodegas en el sistema tetra
La inseguridad es moneda corriente en todos los ámbitos, tanto privados como públicos. Las empresas de la provincia no están exentas de estos problemas y ahora, además de los robos que sufren prácticamente en forma cotidiana en sus sedes, tienen que lidiar con el robo de camiones en las rutas nacionales y el robo hormiga dentro de los contendores que envían a distintos mercados.
Una de las formas que ha recrudecido en los últimos seis meses es la sustracción de vinos, tanto de exportación como destinados al mercado doméstico, en las rutas nacionales.
La modalidad de robo es ciertamente parecida. Un camión, el cual por lo general no tiene ninguna inscripción que delate su contenido, es interceptado por un auto, que obliga al chofer del rodado mayor a detener su marcha. En ese mismo momento, aparece un tractor, que engancha el semi y se lo lleva. La mayoría de las veces los camioneros son secuestrados por estos delincuentes y dejados en alguna localidad cercana.
Hace alrededor de tres años atrás esta forma de robo era moneda corriente para la industria pero con la instalación de sistemas de seguimiento satelital los hechos tuvieron una importante disminución. Este año nuevamente los camiones que trasladan vino han comenzado a ser blanco de estos robos, donde las cargas luego aparecen en vinerías, almacenes barriales o supermercados chinos al 50% del precio sugerido.
«En el último mes y medio hemos sido víctimas del robo de tres camiones en las rutas nacionales con vinos de distintos precios, que iban para el mercado doméstico», sostuvo Luis Steindl, gerente de operaciones de Bodega Norton. Steindl comentó a FINCAS que no sólo se pierde el costo de la mercadería transportada por el camión sino que también se pierde el costo de oportunidad para la venta, sumado además el problema que se genera con el cliente.
El ejemplo de Norton es uno más de lo que suceden todos los días con los vinos que son transportados en las rutas nacionales, de hecho este no es un único caso. Pero los gerentes de las bodegas se muestran bastante reticentes a hablar sobre el tema. Al menos cinco bodegas sufrieron problemas de robos de contenedores completos y camiones, en los últimos días, aunque no quisieron ser nombradas por cuestiones legales y de imagen.
Por su parte, Eduardo Otero, CEO de Pernod Ricard, dijo que «ha disminuido el robo de camiones en la ruta, lo que nosotros hacemos es acompañar a los camiones con seguimiento satelital. Hace tres años hubo una ola muy fuerte de robo de camiones».
Robo de contenedores
Otra forma de robo está directamente ligada con la sustracción de cajas de vino de los contenedores, directamente despachados al puerto de Buenos Aires que, por supuesto, tienen destino de exportación. Los hechos que se repiten semana tras semana, en general se cuantifican en las cajas que son sustraídas directamente de los contenedores en algún punto del viaje.
Un contenedor promedio puede alojar alrededor de 1.000 cajas y lo que suele suceder es que las cajas de mayor valor sean sustraídas y ese peso es reemplazado por elementos que tengan el mismo peso para burlar los sistemas de seguridad. Uno de los puntos que más llaman la atención es el hecho de que en la mayoría de los casos los precintos aparecen como si no hubiesen sido violados.
«No hemos sido víctimas de grandes robos. Pero de un contenedor que enviamos a Alemania, con vino fraccionado, cuando llegó a destino nos faltaban 200 cajas. Todavía no hemos podido determinar si esto fue un problema durante el transporte en el tramo interno o si se realizó alguna verificación de la carga sin notificar o fue un problema en destino», indicó Miguel Abdala, de la empresa Royal Mount, la mayor exportadora de vinos a granel del país.
Otro caso similar es el de Bodega Sottano. Hace 20 días su cliente de Colombia detectó el faltante de cajas en un contenedor consolidado con tres bodegas más. El hecho es extrañamente curioso, ya que el cargamento de la bodega se encontraba consolidado en el medio del contenedor, entre los vinos de otras dos bodegas.
«Todavía no podemos determinar qué es lo que pasó con esas cajas. Lo cierto es que no sabemos dónde tuvimos el problema. Las botellas que se robaron tenían un costo promedio de entre 5 y 9 dólares cada una. Esto aparte de una pérdida económica, nos genera un problema con el cliente, que no recibió la mercadería en tiempo y forma», explicó Pablo Sottano.
«Siempre tenemos en los contenedores que salen por el puerto de Buenos Aires un ‘robo hormiga’ de una o dos cajas. No se puede evitar, aunque no hemos tenido un robo significativo, lo cierto es que el tema de la inseguridad en general nos preocupa y hace que tomemos precauciones estrictas como alarmas y cámaras de seguridad, entre otras», señaló Rafael Squassini, de bodega Danta Robino.
Por su parte, Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, dijo que «siempre que roban, tanto un contenedor como un camión, hay información previa, porque lo hacen con cargamentos que tienen un precio alto. Las bodegas están trabajando para evitar estos problemas, pero lo cierto es que más que un daño económico, que te falten cajas de un contenedor te genera un problema grave de imagen con el cliente».
Aumento de los costos
Si bien el mercado nacional es muy importante, lo cierto es que desde que empezó la crisis las bodegas tratan de cuidar al extremo sus ventas en el exterior, que le significan mayor rentabilidad y mejor imagen. No obstante, además de esto, las bodegas argentinas en general deben cargar con un costo adicional extra que es de la seguridad.
La situación comienza a gravarse. Mientras que el resto de los competidores extranjeros no deben agregar al precio de su botella la seguridad, en Argentina hacer y exportar vino tiene un elemento extra. A saber: por lo general, las bodegas contratan un servicio de vigilancia privada en sus establecimientos.
Esto significa un costo aproximado, por mantener vigilancia de una persona, las 24 horas, va desde los $16 a los $22, por hora, dependiendo de la cantidad de guardias, de los días que tenga la cobertura y el lugar donde esté ubicada la persona. Por lo tanto, cada guardia de seguridad privada puede costar un promedio de $384 pesos por día, dependiendo de la situación y de la empresa. En tanto, si la bodega contratara los servicios de un policía de la provincia, el precio por periodo de cuatro horas es de $75.
En el caso de los robos de cargamento en camiones lo que hacen las bodegas es contratar una guardia armada para evitar este tipo de asaltos comando en las rutas nacionales, pero esto no es un servicio barato, en promedio una guardia de este tipo cobra alrededor de $250 cada 100 kilómetros.
Además, para evitar el robo de vinos, de tipo hormiga, en el que cuando llegan los vinos a destino tienen un faltante de cajas, lo que se hace es agregar medidas de seguridad al contenedor, entre ellas, está la contratación de escribanos para certificar que la carga salió completa de la bodega y otro tipo de gastos.
Por lo tanto, una botella de vino que sale desde Argentina tiene costos extras a la hora de negociar tanto en el exterior como en el mercado doméstico.
«Ya nos ha tocado cuatro veces, que hemos tenido que llamar a la policía y ha detenido a personas sospechosas dentro de nuestro establecimiento en Rivadavia», dijo Miguel Abdala quien describe un caso más de inseguridad en el sector.
Fuente: Los Andes – Mendoza