Tanto Uruguay como Brasil coincidieron en que la política «proteccionista» de Argentina complica el intercambio comercial. De todos modos, la medida cosechó adhesiones en el mercado interno, especialmente entre las Pymes. Ayer, la Confederación General Económica (CGE), entidad que nuclea las pequeñas y medianas empresas nacionales respaldó «las normas para regular las importaciones», a las que consideró «indispensables para proteger el trabajo argentino y fortalecer el superávit fiscal». La entidad señaló que las nuevas normas «conforman un complemento de las licencias no automáticas aplicadas para una parte de las importaciones», al tiempo que «este régimen se aplicó exitosamente en 2011 y permitió alcanzar una balanza superavitaria de 11 mil millones de dólares, en medio de un fuerte crecimiento económico y una crisis internacional aguda».
En el Mercosur el presidente de Uruguay, José Mujica, admitió que en su país le piden que le declare «la guerra» comercial a la Argentina por las trabas impuestas a sus productos, pero advirtió «no vamos a poner el riesgo de matar la gallina de los huevos de oro que se llama turismo», por la gran cantidad de argentinos que visitan ese país.
También el nuevo control a las importaciones causó «preocupación» en el gobierno brasileño, por lo cual el Ministerio de Desarrollo e Industria de ese país «estableció contacto con el gobierno argentino para evaluar mejor los posibles impactos para los exportadores brasileños» de bienes de consumo. El miembro fundador de la Comisión de Defensa de la Industria Brasileña, Manolo Canosa, opinó que la decisión argentina es «proteccionista», pero esperable ante la entrada de productos asiáticos más baratos. «Para el que exporta, como nosotros, es una medida proteccionista, pero son nuevos tiempos. Cada uno tiene que cuidar su propia quinta, si no viene otro de afuera y se la toma», dijo.
Fuente : La Capital