La Cumbre del Mercosur celebrada el pasado jueves, se cerró con la decisión de los Estados miembros de sustituir el dólar por las monedas locales en el comercio regional.
Esta medida, promovida por el presidente brasileño, Inazio Lula da Silva, fue la única medida de importancia en una cumbre marcada por las ausencias de figuras claves en el ámbito económico.
En lo que parece un proyecto personal que ha encabezado el presidente brasileño Lula da Silva, los Estados miembros de pleno derecho del Mercosur, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, acordaron impulsar la utilización de las monedas locales tanto en el comercio privado como en aquellos servicios que los Estados se prestan entre si. En cambio, esta Cumbre ha estado marcada por las desavenencias y las ausencias.
Los temas pendientes, siguieron quedando pendientes. Paraguay, como había confirmado con antelación, no aceptó la eliminación del doble arancel aduanero que grava doblemente los productos importados de países ajenos al Mercosur para exportarlos a países del Mercosur.
Tampoco se trató la propuesta de elevación del arancel externo común y apenas se analizaron las crecientes rencillas comerciales existentes entre los miembros del Mercosur.
En el apartado de las ausencias, destacan la de funcionarios relevantes como el ministro de Economía de Brasil, Guido Mantenga, o el presidente del Banco Central de Argentina, Martín Redrado. Estas ausencias propiciaron que las declaraciones finales tomaran tintes políticos, de tal manera que se expresó el repudio común al golpe de Estado en Honduras y se abogó por el regreso de Manuel Zelaya a su puesto como presidente.
Fuente: América Económica