«Un Gallo para Esculapio», la serie que actualmente se está emitiendo tanto por un canal de aire como por uno de cable, muestra la logística utilizada por un grupo de malvivientes al robar un camión cargado de mercadería, con la utilización de varios vehículos de apoyo, uso de inhibidores de comunicación, un sofisticado trabajo de inteligencia previa y una coordinación milimétrica de la logística de disposición de la mercadería sustraída y del chofer del camión, quien siendo privado transitoriamente de su libertad, funciona como un salvoconducto para el supuesto caso de que algo no resulte según lo planeado.
Si bien se trata de una teatralización, es claro y evidente que han obtenido información concreta de hechos reales:
– La operatoria de los piratas del asfalto se ha ido sofisticando con el paso del tiempo.
– Los robos al azar ya no son moneda corriente.
– Hoy en día cada delito es estudiado y planificado minuciosamente.
La inteligencia previa es vital para el éxito de su cometido. Por lo general siempre se cuenta con un informante interno que colabora activamente, alertando con antelación todos los detalles de la operación, que sus secuaces necesitarán perpetrar el ilícito en forma milimétrica. La identificación clara del vehículo con el detalle de la mercadería transportada, cuántas personas van en él, si lleva o no dispositivo de localización, si lleva o no señuelos escondidos dentro de la mercadería, si el viaje contará o no con un coche de custodia con personal armado que acompañado su recorrido, son parte de la información que los ladrones más valoran. Con la información recibida se procede a planificar dónde conviene abordar al vehículo objetivo, cuántos móviles se necesitarán como apoyo y qué armas serán necesarias para detener y reducir al chofer y sus acompañantes. Además hay que contar con tecnología para inhibir el localizador satelital GPS que seguramente tendrá el camión de transporte, organizar la logística para trasladar la mercadería sustraída, y por último conseguir un lugar seguro para «enfriarla» si es que no se ha encontrado la forma de reducirla inmediatamente.
Muchas empresas toman las precauciones necesarias para proteger eficientemente sus flotas, cuidar las rutas y actuar inmediatamente ante la sospecha o alerta de un ilícito. Sin embargo, algunas tecnologías y soluciones para que estos robos se efectúen con éxito, son fáciles de vulnerar, como el uso los inhibidores de GPS y celulares antes mencionados, de fácil adquisición en portales de Internet. En este mercado clandestino de venta de mercadería robada, los márgenes de ganancias son tan grandes que impiden que los más escrupulosos se tienten a delinquir, convirtiéndose en partícipes necesarios de esta cadena delictiva.
Por un lado, la tecnología disponible permite hoy proteger a los vehículos de transporte y la mercadería trasladada, pero es clave que las autoridades tomen conciencia que es vital hacer foco en combatir este último eslabón, la comercialización de lo robado.