El proyecto para construir un túnel ferroviario a baja altura entre la zona centro de Chile y la provincia argentina de Mendoza tendrá un costo total que se calcula en US$5.000mn, señaló a BNamericas un funcionario que participa en la coordinación del túnel en la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA).
La primera fase de la iniciativa demandará cerca de US$2.800mn, sostuvo. Esta fase debiera estar completamente implementada para el 2020 y consiste en una línea férrea que conecte el puerto chileno de Valparaíso, en la costa del Pacífico, con las terminales portuarias de Buenos Aires, en el Atlántico.
Una vez que esté operando, las autoridades e inversionistas esperan que el transporte de carga en esa zona aumente significativamente, lo que llevará al desarrollo de la economía y los puertos regionales. El proyecto es parte de un corredor comercial -Corredor Bioceánico Aconcagua- que no solamente conecta Chile con Argentina, sino que también incluye el puerto de Montevideo, en Uruguay, y el sur de Brasil, así como también la capital paraguaya, Asunción.
Entre el 2020 y el 2040, el ferrocarril se extenderá a dos túneles y cuatro vías férreas que ofrecerán tanto servicios de carga como de pasajeros, dijo el funcionario, y añadió que esto requeriría US$2.000mn adicionales.
Actualmente se están realizando estudios de ingeniería y factibilidad y los funcionarios chilenos y argentinos esperan lanzar en conjunto el proceso de licitación para la concesión del proyecto en el 2010, de acuerdo con la fuente de IIRSA.
El año pasado, la firma argentina Corporación América (Casa) presentó a las autoridades chilenas y argentinas el proyecto del túnel ferroviario, que consiste en la construcción de un túnel de 52km a una altitud de 2.000-2.500m, así como también de su respectiva línea férrea.
Un total de ocho compañías están interesadas en participar en el consorcio para construir el túnel, entre ellas Mitsubishi, San José, Empresas Navieras, Odebrecht y Queiroz Galvão.
El paso existente entre Chile y Argentina, conocido como Los Libertadores, debe cerrar, en promedio, unos 45 días al año por problemas climáticos y de infraestructura, lo que afecta el transporte de carga y el comercio entre Asia Pacífico y la costa atlántica.
El paso debiera alcanzar su capacidad máxima el 2015, aunque hay quienes dicen que esto podría ocurrir antes de esa fecha.