La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) volvió a la carga con su reclamo al Gobierno para la creación de un Ministerio de Transporte, y la sanción de una ley federal que regule y coordine la actividad.
A modo de cierre del año y sin la presencia de Hugo Moyano, referentes de los 36 gremios que integran la CATT se reunieron ayer en la sede de la avenida Jujuy para ratificar los pedidos que ya se habían planteado en un documento a fines de septiembre, según relataron dos dirigentes gremiales. En el documento, los sindicalistas expusieron su preocupación por «la falta de regulación y coordinación», y demandaron mayores controles de seguridad y políticas de inversión en la infraestructura de los distintos medios. Pero, sobre todo, reclamaron elevar la Secretaría de Transporte a rango ministerial e impulsar una ley federal de coordinación de la actividad.
En la CATT confluyen los sectores ferroviarios, marítimos-portuarios, automotor y aerocomercial. El encuentro de ayer lo comandó el taxista Omar Viviani.
Previo al encuentro gremial, Cristina Kirchner recibió en Olivos al secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, pero los voceros oficiales no divulgaron información sobre la charla.
El Gobierno había evaluado el año pasado darle rango ministerial a la Secretaría de Transporte, que está actualmente en la órbita del Ministerio de Planificación Federal, que conduce Julio De Vido. Era un plan que orquestaba Néstor Kirchner, pero que no se efectivizó.
El líder de la CGT podría anticipar su réplica a las críticas que la jefa del Estado les enrostró a los gremios durante su discurso de asunción. Moyano encabezará hoy un acto en Villa María, Córdoba, donde inaugurará un sanatorio del sindicato de camioneros, que demandó una inversión de 45 millones de pesos.
Se estima que el jueves Moyano insistirá en más reclamos por mejoras salariales y una reforma tributaria. Pero surgieron versiones desde su propio sindicato que amenazaría con su inminente salida de la mesa de conducción del Partido Justicialista y una posible retirada de la jefatura de la CGT.
Tanto moyanistas como opositores comenzaron a coincidir que sería el camionero el único capaz de contener los embates del Gobierno y hacer frente a una difícil negociación paritaria en 2012. Por esta razón, hay voces que intentan convencer a Moyano para que edulcore el mensaje que tiene previsto dar en Huracán. El discurso podría mermar sus decibeles de confrontación sólo si en los días previos recibe un gesto de parte del Gobierno, como podría ser una suba en el tope del mínimo no imponible a las ganancias, una de las exigencias centrales tanto de los camioneros como de los petroleros.
Fuente: La Nación