La importancia de poder adaptarse al cambio

 |   27 de enero del 2012
La importancia de poder adaptarse al cambio

Frente a nuevos escenarios, debemos advertir que no todas las empresas pueden seguir la gestión de cambios con la misma dinámica. Ante esta situación, existen dos tipos de problemas que se deben atender: los técnicos, referidos a procesos y herramientas, y los adaptativos, relativos a hábitos y cultura, que son los más complejos de modificar.

Para enfrentar los cambios técnicos, en el sector de la logística existen profesionales con amplia experiencia en warehousing, transportes y demás aspectos vinculados al supply chain. Pero no siempre los expertos en temas técnicos tienen las habilidades requeridas para trabajar en los aspectos adaptativos de corte cultural.

Resistencia al cambio

La realidad indica que todo cambio incomoda y que la mayoría de la gente tiene tendencia a mantener estados de confort. Pero los desafíos en las empresas mueven las barreras de confort y nos obligan a tensionar las estructuras. Eso corre a las personas de aquel estado, por lo que todos se ven impulsados a buscar y encontrar un nuevo equilibrio.

El otro tema fundamental, inherente a este tipo de proceso de cambio, tiene que ver con la necesidad de desarrollar el modelo de gestión para la nueva realidad de la empresa. Lo cierto es que los cambios estructurales, no solo implican cambios técnicos y adaptativos sino necesariamente un nuevo modelo de gestión adecuado a los nuevos desafíos de la compañía.

Adaptarse a un nuevo contexto

Existe una importante cantidad de empresas que, frente a situaciones como las planteadas, han trabajado fuertemente con especialistas en la gestión de cambio. Un ejemplo es el de una empresa líder en distribución de medicamentos, que como consecuencia de una fuerte expansión, entró en una crisis operacional que debía solucionar con la puesta en marcha de una nueva planta de distribución concretada con una inversión muy grande.

En ese caso, se requirió de un equipo interdisciplinario con la capacidad para implementar cambios en las operaciones, en los procesos administrativos y también culturales, tendiendo a una forma de trabajo caracterizada por el liderazgo participativo. Dichos cambios se debieron realizar en simultáneo con la continuidad del negocio y la respuesta adecuada frente a la demanda de los clientes.

Otro ejemplo de un proceso de gestión de cambio es el que se realizó para una de las principales productoras de alimentos cárnicos congelados. En ese caso, el desafío era implementar un rediseño de todo el modelo de comercialización y distribución para Capital y GBA, apuntando a tener menos distribuidores, que fueran más grandes y profesionales.
Allí los cambios que se debieron realizar estuvieron centrados en la parte administrativa y operativa, incluyendo una reestructuración total del área de comercialización y la definición de nuevos procesos, lo que implicó un cambio no solo técnico y operativo sino también en la cultura del trabajo.    

Estos dos casos son solo una breve muestra de la importancia que tiene el poder combinar habilidades en gestión de cambio técnicas y adaptativas, y la elaboración e implementación de un nuevo modelo de gestión, para que las empresas estén a la altura de los nuevos escenarios y de sus propios requerimientos. 

* El autor es Director de Grupo Managers
 

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