El comercio marítimo mundial -medida que cuantifica la demanda de servicios portuarios, de logística y de transporte marítimo- aumentó un 4% en 2011, alcanzando el máximo histórico de 8.700 millones de toneladas, según la publicación de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) titulada «El Transporte Marítimo en 2012».
Según el informe, a lo largo de ese mismo año, la oferta mundial de buques creció con mucha más rapidez, a una tasa del 10%, alcanzando por primera vez un total de 1.500 millones de toneladas de peso muerto. Este desajuste entre la oferta y la demanda es una mala noticia para el sector y la rentabilidad comercial, sobre todo si se tiene en cuenta el aumento constante de la oferta de buques y la fragilidad e incertidumbre de las perspectivas económicas actuales, que ponen en riesgo la posibilidad de un crecimiento sólido de la demanda.
En el informe se señala que, paralelamente al comercio marítimo mundial, el tráfico portuario mundial registró una tasa de crecimiento del 5,9% en 2011. El 60% del comercio marítimo mundial (en volumen) se cargó en los puertos de los países en desarrollo y el 57% se descargó en esos puertos. Se trata de un cambio extraordinario con respecto a las pautas anteriores, en que las economías en desarrollo se utilizaban básicamente como zonas de carga de materias primas y recursos naturales.
Retos para la rentabilidad y reducción de la competencia
En El Transporte Marítimo se advierte que los desequilibrios entre la oferta y la demanda están contrayendo los mercados de fletes y exponiendo a muchas compañías navieras a una situación financiera más complicada, si se tiene en cuenta que la situación propicia la disminución de las tarifas de los fletes, la compresión de los ingresos y la erosión de los beneficios. Con todo, según el informe de la UNCTAD, el impacto neto de los recortes de las tarifas en el comercio, especialmente en los países en desarrollo cuyos costos de transporte son desproporcionadamente más elevados, podría ser incluso positivo. El costo medio de transportar una unidad equivalente a 20 pies (TEU) desde Shanghai hasta el norte de Europa se redujo de 1.789 dólares en 2010 a 881 dólares en 2011. La tarifa media de transportar una unidad equivalente a 40 pies (FEU) desde Shanghai hasta la costa oeste de los Estados Unidos disminuyó en el mismo período de 2.308 dólares a 1.667 dólares.
Entre 2011 y 2012, el porcentaje de pares de países cubiertos por conexiones directas de servicios regulares de transporte marítimo se mantuvo constante en torno al 18%; para los pares de países restantes, seguía precisándose al menos un puerto de transbordo. En ese mismo período, el promedio de navieras que prestaban servicios a los puertos de cada país y desde estos en todo el mundo disminuyó un 4,5%, según el informe. Mientras tanto, el tamaño medio de los buques portacontenedores más grandes aumentó un 11,5%. Entre 2004 y 2011, el promedio de compañías de línea se desplomó casi en un 23%, mientras que el tamaño del buque más grande utilizado prácticamente se duplicó. El informe indica que desde hace ya varios años se observa la tendencia al aumento del tamaño y la capacidad de carga de los portacontenedores, y la reducción de la competencia en el sector.
El marco jurídico y normativo internacional para el transporte y el comercio también está evolucionando. En El Transporte Marítimo se mencionan algunos avances importantes en la limitación de la responsabilidad nacida de reclamaciones de derecho marítimo, la facilitación del comercio, la seguridad marítima y de la cadena de suministro, la seguridad en el mar, y cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Entre los avances normativos destacados cabe citar una serie de medidas técnicas y operacionales destinadas a aumentar la eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes del transporte marítimo internacional, que se adoptaron bajo los auspicios de la Organización Marítima Internacional en julio de 2011. Está previsto que esas medidas entren en vigor el 1° de enero de 2013.
Transporte marítimo: cambio climático y sostenibilidad
El informe de este año se centra, además, en otra cuestión apremiante que afecta al sector del transporte, esto es la necesidad de adoptar medidas para reducir los efectos negativos del transporte de mercancías. El sector se enfrenta a un doble reto.
Por un lado, debe reducir su elevada tasa de consumo de energía y frenar sus emisiones de GEI para alcanzar la sostenibilidad ambiental y contribuir a controlar el cambio climático. La Agencia Internacional de la Energía estima que el sector del transporte, entendido como transporte de mercancías y pasajeros, consume más del 50% de los combustibles fósiles líquidos en el mundo. Paralelamente, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático calculó, en su Cuarto Informe de Evaluación, que el 13% de las emisiones mundiales de GEI estaban relacionadas con el transporte. Si no se controlan, es probable que las emisiones sigan aumentando en respuesta al incremento de la actividad económica mundial.
Por otro lado, el sector del transporte debe adaptarse y mejorar su resiliencia al cambio climático habida cuenta de los efectos adversos del cambio climático, especialmente en los puertos. Aunque los puertos tienen un papel clave en el comercio internacional y son un eslabón fundamental de las cadenas mundiales de suministro, también están expuestos a efectos del cambio climático como la elevación del nivel del mar, las inundaciones, las marejadas y los vientos fuertes.
En el informe se señala que no existe una solución directa y única para garantizar la sostenibilidad ambiental del transporte marítimo. Sin embargo, afirma la necesidad de adoptar sistemas de transporte de mercancías más sostenibles y resistentes. Algunas estrategias pertinentes consisten en adoptar sistemas de transporte de mayor eficiencia energética, promover la utilización de combustibles menos contaminantes, promover modos de transporte más limpios y reajustar los procesos de las operaciones logísticas. La evaluación de los efectos potenciales del cambio climático en los sistemas y la adopción de las medidas apropiadas para adaptarse a esos efectos son elementos esenciales de la resiliencia al cambio climático. Las consideraciones relativas a este tema deben formar parte integrante de la planificación y las decisiones de inversión de los transportes, según se apunta en el informe. Este cambio requiere esfuerzos ponderados y coordinados de las entidades tanto públicas como privadas, así como campañas amplias de sensibilización, actividades de recopilación de datos e información y el desarrollo de tecnología, además de un marco normativo y reglamentario favorable. El informe señala que para conseguir avances significativos en este ámbito habrá que movilizar los recursos financieros que tanto se necesitan, entre otras cosas mediante una mayor participación del sector público, alianzas entre el sector público y el sector privado y opciones de financiación para luchar contra el cambio climático.
Antecedentes
El transporte marítimo es la espina dorsal del comercio internacional y la economía mundial. Cerca del 80% del comercio mundial en volumen, y más del 70% del comercio mundial en valor, se realiza por mar utilizando puertos en todo el planeta. Los porcentajes son aún más elevados en el caso de la mayoría de los países en desarrollo.
Hace 44 años consecutivos que la publicación de la UNCTAD titulada El Transporte Marítimo cubre los acontecimientos más destacados en el ámbito del comercio marítimo internacional, el transporte por mar, la flota mundial, los puertos, los mercados de fletes y el marco jurídico y normativo del transporte. La publicación se ha ampliado para incluir también el transporte terrestre y los servicios auxiliares del transporte; también se hace un seguimiento de las tendencias a largo plazo y los acontecimientos recientes.
Al igual que en ediciones anteriores, el informe de 2012 contiene un análisis crítico y datos completos exclusivos, como las series de datos a largo plazo sobre el comercio marítimo, la capacidad de la flota, los servicios de transporte marítimo y las actividades portuarias.