El elevado flujo de camiones que en Mendoza utilizan las rutas nacionales 7 y 40 motivó el estudio para construir una variante caminera, que derivara el transporte de carga desde Palmira hasta Agrelo, sin pasar por el Gran Mendoza.
Esa posibilidad se estudió en la década del noventa y fue reflotada por el gobernador Francisco Pérez como una de las obras viales prioritarias que quiere ver iniciada en su gestión, con financiamiento de la Nación. El estudio de esa traza vial entre el departamento de San Martín y el sur de Luján de Cuyo, ya está realizado. Lo llevó a cabo la empresa sanjuanina Ruiz y Asociados. Las premisas fijadas por la Vialidad Nacional fueron que el camino tuviera entre 35 y 40 km de longitud total, que no atravesara zonas urbanas ni afectara áreas productivas.
La ruta se iniciará en San Roque (Maipú), por el costado oeste del río, atravesará zonas de terrenos fiscales sin «partir» en dos el parque Chachingo, cruzará el río Mendoza, y de ahí el pavimento se dirigirá hacia la zona de Barrancas. Luego irá a terminar a la zona de Agrelo, donde se empalmará, por medio de un gran puente, con las rutas nacionales 40 y 7.
Las intersecciones con rutas o accesos serán hechos en desnivel, por medio de siete puentes. Al principio, la ruta en proyección no tendrá equipamiento (estaciones de servicio, paradores, etc) y habrá que esperar que rápidamente se produzca ese desarrollo. Este estudio y su posterior concreción, se enmarca en un esquema de variantes de tráfico pesado que piensa realizar el Estado nacional, entre las que entran las variantes San Rafael, Tunuyán y Uspallata. La obra ya fue declarada de utilidad pública y su construcción merituará alrededor de 70 expropiaciones de distintos tamaños.
En este momento se está notificando a los distintos afectados. El comienzo de obra podría concretarse en 2013.