El informe “Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2018: las tensiones comerciales exigen una mayor integración regional”, reveló carencias en infraestructura, complejidad de la normatividad aduanera y falta de capacitación del personal, con un promedio de 65 horas y un costo de US$681 para el cumplimiento fronterizo asociado a la importación de un contenedor en 2016.
En este escenario, la reducción de tiempos y costos es esencial para fomentar el comercio en la región, lo que también favorecería el comercio electrónico, según el organismo. En el comercio electrónico transfronterizo entre empresas y consumidores (B2C), la entrega de los productos se realiza por medio del servicio postal o por empresas de mensajería expresa. El primero es más lento y económico, mientras que el segundo es más expedito, pero más costoso. La normativa aplicable a cada modalidad es distinta.
El documento publicado por la Cepal, consigna que ciertos Estados ofrecen trámites de importación simplificados para las operaciones, con los cuales las empresas de mensajería express o los servicios postales están facultados para efectuar el pago de los derechos e impuestos aduaneros de forma consolidada, o se prevén tiempos de desaduanamiento más cortos para estos embarques. No obstante, los regímenes aduaneros actuales fueron concebidos y diseñados de acuerdo con los patrones del comercio tradicional y han evolucionado poco para enfrentar los desafíos que plantea el comercio electrónico transfronterizo.
Por lo anterior, la Cepal sugiere cambios de fondo y un desarrollo normativo, tanto a nivel nacional como internacional. En este sentido, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización Mundial de Aduanas (OMA) han jugado un rol clave a la hora de promover cambios en la materia.