El impacto que está produciendo la tecnología en la economía mundial, reconfigurando procesos de producción, comercialización y distribución (en definitiva, transformando modelos de negocio), parecería indicar que estamos atravesando una época de cambio; cuando en realidad, estamos inmersos en un cambio de época, que favorecerá y potenciará indefectiblemente a la industria logística.
Los primeros impactos de este proceso evolutivo que experimenta la economía mundial, y en particular el sector logístico, pueden verse en los siguientes ejemplos (entre muchos otros):
• El crecimiento que está experimentando la automatización en prácticamente todas las industrias, impulsado por los avances que se están produciendo en materia de inteligencia artificial, y que pueden constatarse a partir de la incorporación de robots a las plantas, la utilización de maquinarias y vehículos autónomos, y el aprovechamiento del machine learning para optimizar flujos de trabajo y poder determinar los intereses de los clientes potenciales y actuales.
• El incremento progresivo en el volumen de transacciones comerciales realizadas a través de plataformas de comercio electrónico, no solo en el ámbito del B2C sino también por parte del sector B2B. El éxito de grandes compañías de eCommerce como Amazon, Alibaba y Mercado Libre, muestran claramente una tendencia en plena evolución.
• La eficiencia que se está logrando en la distribución de mercaderías no tiene precedentes. Al punto que una empresa productora no requiere contar con la infraestructura necesaria para garantizar el traslado de sus productos, utilizando para ello los servicios provistos por terceros a un menor costo del que tendría si lo hiciera por sí misma.
La clave de este cambio de época está en la logística del reparto, de recepción y de devoluciones de mercaderías.
De hecho, nos encontramos en una instancia de la actividad logística que podría caracterizarse como un mix de transporte de cargas y almacenamiento por cuenta de terceros, donde es determinante:
• La coordinación eficiente del traslado.
• La capacidad de acopiar mercaderías para su posterior distribución.
• La capacidad de estructurar circuitos que garanticen la entrega rápida de las mercaderías a sus compradores.
De nada sirve que tengamos la capacidad de almacenaje y los medios más apropiados para trasladar mercadería, si no contamos con la posibilidad de hacer llegar un producto en tiempo y forma -y con costos competitivos- a su destinatario, sin involucrar en este proceso recursos propios, sino de terceros.
El sector logístico cambia su modelo de negocio
Más allá del protagonismo que tienen las tecnologías en el análisis evolutivo de cualquier actividad económica; para entender el futuro de la logística hay que poner en el centro de la escena las transformaciones que está experimentando su modelo de negocio, con la conformación de un sector integrado a las empresas productoras de bienes y servicios, incluso con facturación por cuenta y orden del proveedor y del cliente.
Un caso práctico estaría dado por una empresa ‘A’ que abastece a unas 1.400 tiendas de electrodomésticos en diversos países, con productos que -a pedido de cada una de ellas- compra a proveedores radicados en el exterior (en relación al país en el cual está radicada ‘A’) y luego distribuye a través de transportistas tercerizados en cada una de las naciones donde están localizados sus clientes.
En términos conceptuales, la compañía ‘A’ desarrolla toda la logística de abastecimiento: reciben pedidos por parte de las tiendas que venden electrodomésticos, compran para ellas en el exterior, luego nacionalizan la mercadería en cada país en el que están radicadas, y les hacen llegar los productos a través de diferentes medios de transporte locales. Los espacios físicos donde llegan los contenedores con los productos comprados son de terceros (las empresas transportistas), que distribuyen la mercadería ya nacionalizada a nombre de ‘A’, la organización que realiza el abastecimiento a las compañías comercializadoras de electrodomésticos, constituida en este punto como una proveedora de bienes que no fabrica ni distribuye.
* Walter Brizuela es autor del libro “Claves para progresar en la vida”, que con un formato de storytelling, y en un lenguaje coloquial y llano, expone procedimientos lógicos y una forma interdisciplinaria de entender el trabajo y los negocios, teniendo en cuenta la genealogía laboral de cada persona que integra una organización.