Iberoamérica invirtió en 2022 menos de 1% de sus recursos económicos en investigación y desarrollo (I+D). Este dato se desprende de la recopilación estadística disponible en El Estado de la Ciencia 2024, publicación anual de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT) que coeditan la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) -a través de su Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS)- y la Unesco.
De acuerdo con la publicación, en 2022 los países de Iberoamérica destinaron 116.000 millones de dólares a I+D. Si bien esto implicó un crecimiento respecto a lo invertido una década atrás, en términos relativos al PBI el esfuerzo de inversión de ese año representó solo el 0,73% del producto bruto regional. Esta intensidad se mantiene relativamente estable desde 2013. Si tenemos en cuenta solo los países de América Latina, la relación se reduce a 0,56%. Brasil es el único país latinoamericano cuya inversión representa más del 1% de su PBI. El conjunto de América Latina y el Caribe (ALC) se caracteriza, además, por un fenómeno de concentración en el cual Brasil, México y Argentina representan el 83% de su inversión total.
En comparación con la inversión en I+D que realizan otros bloques geográficos, el conjunto de países de América Latina representó en 2022 el 2,5% del monto invertido en el mundo, mientras que Iberoamérica representó el 4%. En ambos casos, su peso relativo en el total de recursos destinados a I+D se redujo respecto a los niveles de 2013, a raíz del crecimiento que tuvieron los países asiáticos. Asia constituye el bloque que realiza la mayor inversión en I+D, representando el 37,4% de lo invertido a nivel mundial en 2022.
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A pesar del estancamiento en la inversión, el número de científicos ha crecido considerablemente en la región en la última década. La cantidad de investigadores y becarios con jornada completa en investigación pasó de 442.835 en 2013 a 642.383 investigadores en 2022. Considerando la distribución de los recursos humanos de acuerdo con el sector donde desempeñan sus tareas, el sector de educación superior es el más significativo para la región, ya que en 2022 el 46% de los investigadores iberoamericanos realizó sus actividades en el ámbito universitario. El 33% de los investigadores, es decir, uno de cada tres, se desempeñó en empresas (tanto públicas como privadas) y el 19% lo hizo en instituciones de I+D pertenecientes al ámbito público.
La calidad de la producción científica de los investigadores iberoamericanos también se ha incrementado en estos años. Las publicaciones científicas de los investigadores latinoamericanos en la base de datos Scopus superó los 198.000 artículos en 2022, creciendo a un ritmo superior al del total de publicaciones (+64%). Además, el 35% de esa producción fue realizado de manera colaborativa entre autores de diferentes países. Las ciencias físicas fueron, a su vez, las disciplinas con mayor colaboración internacional.
El nivel de patentamiento de la región continúa siendo bajo. En 2022 el número de patentes internacionales solicitadas mediante el Tratado de Cooperación en Patentes (PCT, por sus siglas en inglés) para América Latina y el Caribe fue de 1395, mientras que para el conjunto de países iberoamericanos fue 3024.
Además, en términos de patentes solicitadas en las oficinas de propiedad intelectual de los países de la región, en 2022 el 83% de las solicitudes de patentes en países de la región corresponde a no residentes, principalmente a empresas extranjeras que buscan proteger sus productos en los mercados de la región. México es el país donde este fenómeno fue más marcado, con un 94% del total de las solicitudes en manos de no residentes. En Chile y Argentina ese valor fue de 88%, mientras que uno de los valores más bajos lo obtuvo Brasil, donde el 75% de las solicitudes corresponde a no residentes.
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