Integración de los vehículos eléctricos en la logística

La transición hacia VEs en la logística ofrece múltiples ventajas que los posicionan como una solución clave para un futuro más sostenible.

 |   15 de enero del 2025
Integración de los vehículos eléctricos en la logística

*Por Eddie Murphy

En el último tiempo, los vehículos eléctricos (VE) han transformado la manera en que entendemos la movilidad, y la industria logística no ha sido la excepción. Estas tecnologías no solo prometen reducir costos operativos, sino también marcar un impacto significativo en la sostenibilidad ambiental de las cadenas de suministro.

Un vehículo eléctrico es un medio de transporte que utiliza uno o más motores eléctricos para su propulsión, elimina así la necesidad de combustibles fósiles como la gasolina o el diésel. Dentro de esta categoría de transporte se incluyen vehículos de batería (BEV), híbridos (HEV), híbridos enchufables (PHEV) y los de celdas de combustible (FCEV).

El avance de los VEs en logística

*Distribución urbana: Las furgonetas y los mini autos eléctricos están revolucionando la logística de última milla, especialmente en áreas urbanas con restricciones de emisiones.

*Transporte de carga pesada: A pesar de que enfrentan retos de autonomía, los camiones eléctricos de larga distancia comienzan a ganar terreno y se posicionan como una opción viable.

*Flotas comerciales: Empresas de mensajería y paquetería están modificando sus flotas para cumplir con normativas ambientales y reducir costos.

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Ciudades como Bogotá y Ciudad de México están liderando el camino al implementar incentivos fiscales y zonas de bajas emisiones que facilitan la integración de estos vehículos en la logística urbana. A su vez, empresas como DHL y Rappi ya han comenzado a incorporar flotas eléctricas en sus operaciones, y sus reportes muestran una mejoría en la eficiencia y una reducción significativa de emisiones.

La transición hacia VEs en la logística ofrece múltiples ventajas que los posicionan como una solución clave para un futuro más sostenible. En primer lugar, contribuyen a la reducción de emisiones al eliminar los gases de efecto invernadero asociados con los motores de combustión interna, lo que reduce significativamente la huella de carbono de las operaciones.

Otro aspecto importante es el ahorro en costos operativos. Debido a su diseño con menos partes móviles, los VE requieren un mantenimiento menor, mientras que la electricidad, en general, resulta más económica que los combustibles fósiles. También permiten a las empresas cumplir con normativas ambientales, evitando sanciones en zonas de bajas emisiones, y fomentan la innovación tecnológica, con avances en telemetría, gestión de flotas y sistemas de carga inteligente.

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A pesar de sus ventajas, los VEs enfrentan barreras que limitan su adopción. La infraestructura de carga es aún insuficiente en muchas regiones, dificultando su implementación a gran escala. Otro punto para tener en cuenta es la autonomía limitada de las baterías, especialmente en rutas largas que requieren una planificación cuidadosa. Además, los costos iniciales elevados y el peso de las baterías, que reduce la capacidad de carga útil, son desafíos que la industria debe superar.

No obstante, las proyecciones para América Latina son alentadoras. Según BloombergNEF, se espera que los VEs representen el 25% del mercado automotriz regional para 2030. Este crecimiento incluirá vehículos pequeños, impulsados por avances en baterías y políticas gubernamentales. Empresas como DHL, UPS y FedEx ya están liderando la transición hacia flotas eléctricas, consolidando a los VEs como una inversión estratégica para liderar el futuro de las cadenas de suministro.

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Redacción Énfasis Logística

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