Detrás de la clave del éxito logístico: el talento

La falta de talento en la logística y el transporte es una preocupación que ha ido en aumento, tanto por la ausencia de un relevo generacional como por la carencia de perfiles suficientemente preparados para abordar los retos del futuro. Sin embargo, este desafío puede convertirse en una oportunidad si se afronta desde el prisma de la formación y el desarrollo de las personas.

 |   22 de agosto del 2023
Detrás de la clave del éxito logístico: el talento

Por: Ester Sánchez Sierra (*)

La economía crece y, de su mano, la logística. A pesar de los escenarios de crisis superpuestas, la actividad logística ha acelerado sus procesos de transformación, poniendo en el centro de toda estrategia dos ejes: innovación y talento.

Tal y como recogen las últimas estadísticas, su crecimiento anual es de un 4,5% a nivel mundial. Pese al complejo contexto económico y sociopolítico, las perspectivas auguran que esta actividad mueva, en los próximos tres años, más de 52.000 millones de euros.

Respaldando este crecimiento se encuentran múltiples factores que han ido ganando importancia en las últimas décadas. Cabe destacar que son las innovaciones tecnológicas, protagonistas de la industria 4.0, cuyos preceptos guían la actual transformación de la actividad logística.

No nos resulta ajeno, por tanto, oír hablar de conceptos como IA, VR o IoT, siglas que, si bien hace no tanto tiempo eran ajenas a nuestra actividad, hoy marcan su futuro.

Sin embargo, detrás de toda esta revolución tecnológica se encuentra un factor aparentemente invisible cuando hablamos de logística: las personas. Y es que, precisamente, son sus necesidades las que han impulsado la mayor parte de las innovaciones que hoy tenemos presentes.

Habilidades requeridas en logística y transporte

Un claro ejemplo del impacto que tiene el factor humano sobre la economía y, por tanto, sobre las empresas, puede encontrarse actualmente en el nuevo paradigma de consumo. Impulsado por la pandemia, éste se caracteriza por una acelerada digitalización y una creciente preferencia por las compras online. A raíz de la necesidad de evitar aglomeraciones, muchos consumidores descubrieron la conveniencia de adquirir productos y servicios desde sus hogares. A partir de ese momento, la experiencia de compra omnicanal se ha vuelto fundamental, combinando distintos medios para obtener una experiencia integral.

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De la mano del bautizado en 2020 como ‘boom del e-commerce’, fueron muchas las compañías que vieron la necesidad de acelerar, o en su defecto, dar el salto hacia la digitalización de sus procesos. La demanda de las personas se tradujo, en poco tiempo, en la implementación de nuevas tecnologías cuyo éxito redundaba en la parte más humana de la logística.

Traído a la actualidad, este panorama muestra una radiografía compleja, aunque plagada de oportunidades para nuestra actividad.

La digitalización, la automatización y la incorporación de nuevas tecnologías a la cadena de suministro han influido de manera positiva, respaldando la tendencia al alza de la logística. De hecho, se estima que la creciente adopción de estas herramientas logrará reducir a la mitad los costes logísticos en cuestión de siete años.

Sin embargo, para que estos pronósticos puedan llegar a cumplirse, las empresas tienen el objetivo de disminuir la brecha de talento que, desde hace tiempo, afecta a esta actividad. Y es que tanto logística como transporte requieren ahora de competencias que, tradicionalmente, no estaban ligadas a esta profesión.

Tecnología y análisis de datos, sostenibilidad e ingeniería lideran el ranking en una supply chain donde, solo en España, el 78% de las empresas afirma tener dificultades para encontrar a los profesionales que buscan.

 Elementos clave para combatir el desajuste de talento

Así, el reto, tanto a medio como a largo plazo, reside en la doble transformación de la logística. Por un lado, las empresas afrontan la adopción tecnológica mientras que, en paralelo, deben incorporar o desarrollar el talento necesario para llevarla a cabo.

Respecto a este último factor, resulta esencial poner a disposición de la actividad logística, y las compañías que conforman este ecosistema, las herramientas adecuadas que permitan dar con esos nuevos perfiles que, en definitiva, darán forma al futuro.

Entre ellas, destacan tres elementos clave para combatir el desajuste de talento:

  1. La inmediatez en procesos, a través de la implementación de sistemas de contratación más ágiles.
  2. La cultura inclusiva – dada la importancia de la diversidad – y la formación – en competencias digitales, transversales y en técnicas de gestión estratégicas.

La enseñanza, como demuestra el Centro Español de Logística desde hace más de 45 años, es esencial para que formación y talento se adapten a aquello que demandan las empresas. Es por eso por lo que, en base a nuestro expertise formando logísticos, los órganos competentes para el desarrollo de formación reglada nos consultan sobre la definición de los estándares en formación aplicada a la logística.

En este sentido, como referentes en la gestión de la cadena de suministro en España, destacamos dos prácticas habituales en el ámbito formativo: el upskilling y el reskilling.

Ambos términos hacen referencia a las principales ramas de enseñanza. El primero supone la formación de un profesional en nuevas habilidades y competencias que le permiten crecer en su rol actual. Por su parte, el segundo implica el reciclaje profesional, es decir, la capacitación de un empleado para un puesto o sector diferente al que desempeña.

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Los perfiles del futuro

Ahondando más en esta clasificación, desde CEL diferenciamos tres subgrupos que nos ayudan a definir aún más los que están llamados a ser los ‘perfiles de futuro’:

  • En primer lugar, la formación operativa, aquella dirigida a carretilleros y repartidores, entre otros. Ésta está relacionada con la falta de atracción de talento, donde la formación no solo fomenta la profesionalización de la logística, sino que refuerza el sentido de pertenencia, posicionándose como una herramienta de atracción, pero también de fidelización.
  • En segundo lugar, se encuentra la formación para técnicos que, con el nuevo contexto, deben ser profesionales híbridos que tengan competencias tanto en logística como en tecnología. Este tipo, a diferencia del anterior, se vincula a la atracción de nuevo talento.
  • Finalmente se encuentra la formación de directivos, también vinculada a la retención de talento, así como a la atracción de nuevos perfiles, aunque está mucho más enfocada en el liderazgo de esa transformación digital y tecnológica.

En conjunto, la suma de todos estos elementos aminora la ya mencionada brecha entre las necesidades corporativas y los perfiles disponibles que, actualmente, lleva a que el 19,6% de las vacantes en estos ámbitos se queden sin cubrir en España.

Y es que la formación juega un papel crucial para afrontar el que está llamado a ser uno de los principales desafíos de la cadena de suministro en los próximos años, donde, sin duda, la colaboración entre cada uno de los eslabones se demuestra esencial para definir las necesidades actuales y futuras de la logística.

En este sentido, el afán por innovar y generar conocimiento que caracteriza a nuestra actividad ha delatado la falta de profesionalización de algunos de los sistemas de estudio actuales, poniendo en relieve la necesidad de elevar y certificar el nivel formativo en logística.

Tanto reglada como no reglada, la formación se convierte así en la llave capaz de abrir la puerta del futuro a la logística, donde, frente a la mencionada falta de unificación de criterios formativos, destacan las certificaciones respaldadas por los organismos internacionales, como la Association for Supply Chain Management (ASCM) o la European Logistics Association (ELA), de la que CEL es miembro fundador.

Esta formación homologada, de la que en el primer caso CEL es el único proveedor en exclusiva para España, demuestra la necesidad de comprometerse con la excelencia y la calidad educativa.

Vinculación a proyectos disruptivos

Asimismo, la vinculación a proyectos disruptivos también está demostrando ser una vía para hacer que el talento llegue a cada eslabón, acercando a los profesionales, entre otros factores, a las tecnologías disruptivas. Un ejemplo concreto de este enfoque innovador es el programa en streaming de Máster CEL en Dirección y Transformación Digital de la Cadena de Suministro, un programa desarrollado desde la perspectiva de la Industria 4.0, en el que se abordan las tecnologías emergentes y su aplicación en la gestión de la Supply chain. No se limita únicamente a la teoría, sino que se enfoca en la aplicación práctica mediante casos reales, como el Trabajo de Fin de Máster, que permite a los alumnos desarrollar proyectos aplicables a las compañías a las que pertenecen, o The Fresh Connection, un juego de simulación empresarial utilizado para desarrollar habilidades en la gestión de la cadena de suministro y la toma de decisiones en un entorno empresarial virtual.

En el apasionante y desafiante mundo de la logística, donde la innovación y la tecnología juegan un papel cada vez más crucial, es fundamental reconocer el valor del talento como motor del cambio. Si deseamos un salto efectivo y real hacia la innovación, es imprescindible preparar y capacitar a aquellos que serán los artífices de dicho avance: las personas.

(*)Directora de Formación y Contenidos del Centro Español de Logística.

Nota completa publicada en  Revista Énfasis   edición agosto 2023.

https://www.skynde.com/

Marizú Olivera Orquera

Lic en Comunicación Social, redactora y periodista. Encargada editorial en Énfasis Logística 2021.

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