Los últimos meses han demostrado la importancia de contar con una cadena de suministro robusta. Las organizaciones que ya contaban con redes resilientes tanto en su tecnología como en las operaciones, están superando estos momentos turbulentos provocados por la pandemia del coronavirus. Para las otras, esto ha sido un llamado de alerta. Ahora que tenemos la oportunidad de evaluar lo que pasó, podemos reflexionar y decidir cómo estar mejor preparados.
Este es el momento en que todas las organizaciones de todos los mercados verticales deben reconocer que la resiliencia se debe construir en todos los niveles. Es una función que debe aplicarse y conectarse con las bases de todos los procesos de la empresa. No es algo que se enciende o apaga cuando empieza una crisis, ya sea como en este caso una pandemia global o de algún tipo de inestabilidad económica.
Preparar el cambio
Antes de considerar la naturaleza de la resiliencia, se debe decidir qué significa “cambio” para entender las distintas formas en que se puede manifestar.
En el caso de eventos de fuerza mayor, existen casos de cambios catastróficos como la pandemia que estamos viviendo en este 2020. Fuera de las pandemias, también podemos incluir los eventos llamados de “cisnes negros”, que causan disrupciones en las cadenas de suministro como el hundimiento de un barco de carga con contenedores, un huracán o un incidente de contaminación.
Estos eventos tremendos y masivamente disruptivos causan caos y en general hasta pérdida de vidas, pero son relativamente poco frecuentes y en el mundo normal no son una amenaza a la viabilidad del negocio. Existen también otros eventos de un menor nivel de gravedad que erosionan los márgenes y las capacidades lentamente. Estos cambios menos drásticos pueden a veces tener un impacto mayor que un huracán.
Conocer los cambios, por qué ocurren y cómo surgen, puede ayudar a desarrollar una cadena resiliente que pueda realizar las operaciones hoy, con un ojo evaluando en forma constante todas las variables que pueden impactar el negocio en el futuro.
Visibilidad, inteligencia, conexión digital
Una cadena de distribución resiliente se basa en tres características principales: visibilidad, inteligencia y ecosistema digitalmente conectado. Es decir, estamos hablando de visibilidad de punta a punta en tiempo real, inteligencia en identificar la causa raíz, detección de excepciones y gestión de la resolución, y una capacidad excepcional de ejecutar por medio de un ecosistema digitalizado del recorrido autónomo de las actividades.
Consideremos cada uno de estos elementos por vez, empezando por la visibilidad. En un modelo de negocios tradicional, las empresas basan su visibilidad conforme a lo que los proveedores informan. No se sabe en realidad dónde se encuentra la orden, ni cuándo llegará. Sin embargo, las redes de la cadena de suministro en la nube brindan la oportunidad para que todas las partes visualicen e interactúen con una vista única de orden en tiempo real. El resultado neto es que el negocio, los proveedores y transportistas, cuentan con una única versión de los datos: es decir una fuente única de la verdad.
Esta característica es importante. Elimina la incertidumbre, las demoras y separaciones de manera que el factor de contingencia queda casi eliminado en las operaciones diarias. Pero la visibilidad debe operar de punta a punta para lograr una verdadera claridad. Las empresas deben saber el impacto de sus acciones tanto al comienzo como al final de la cadena, desde los proveedores, canales de ventas y los consumidores.
Además, la visibilidad punta a punta debe ocurrir en tiempo real, es decir toda la información relacionada con las transacciones de la cadena de suministro, los movimientos, fluctuación de precios y demás deben estar disponibles en todo momento, en tiempo real, es decir toda la información relacionada con todo. Sin datos de calidad en tiempo real, no es posible administrar la cadena por excepciones, ni se puede aprovechar la tecnología de machine-learning.
Inteligencia para separar el ruido
En la medida que la cadena de suministro resiliente avanza, aprovecha algoritmos del software que permiten detectar eventos que pueden causar disrupciones. Es importante recordar que siempre existirá un elemento de “ruido operacional” por medio de la cadena tanto física como financiera, por lo que la organización debe calificar cuánto ruido puede tolerar en el curso normal del negocio.
En este punto, se puede investigar la causa raíz detrás de cada evento. Cuando existe falta de material para una planta de producción, o quizás escasez del producto terminado para alguna tienda de retail, se debe saber “el porqué” ocurrieron estos eventos. Saber la diferencia, si la escasez se debe por un cambio en la demanda del mercado o por un barco con carga que no llegó a tiempo es fundamental.
La verdadera inteligencia surge de poder agrupar distintos eventos que ocurren en diferentes sitios de la cadena de suministro global de la organización. Si se puede identificar la misma causa en varios temas operacionales, entonces se puede resolver en forma más rápida.
Ecosistema Digital
Una cadena resiliente puede procesar miles de variables y fuentes de datos en una sola plataforma basada en la nube para ayudar a que el negocio avance mejor. Trabajando a una velocidad mucho más rápida que la humana, un ecosistema de cadena de suministro digital ayuda a todas las partes a conectarse y colaborar en cuanto a fechas, tiempos, órdenes, finanzas y demás temas. Cuando todas las partes pueden ver sus propios ecosistemas, la toma de decisiones es más rápida, con mayores precisiones y menos incertidumbre. Esto es importante porque la incertidumbre genera errores y costos.
El futuro
En el futuro inmediato, cada vez más acciones de las que se realizan en las cadenas digitales resilientes serán realizadas automáticamente por algoritmos inteligentes. Las redes físicas y financieras de la cadena de suministro reflejarán la inteligencia automatizada que ya se aplica en manufactura por medio de prácticas de Industria 4.0.
Si todavía la empresa se encuentra en etapa 1.0, en breve se deberá aplicar la inteligencia algorítmica. Esta nueva automatización no es solo inteligente, sino resiliente, y permite la toma de acciones basadas no solo en el precio a corto plazo, disponibilidad y demanda del mercado, sino en la durabilidad del negocio a futuro. La realidad es que desarrollar una cadena de suministro capaz de ser resiliente, permitirá a las empresas adaptarse a disrupciones masivas y a ajustarse a situaciones totalmente diferentes.
Por Ruben Belluomo (*)
(*) Gerente Comercial, Infor Cono Sur.