Por: Laura Renovales (*)
La gestión del clima en una empresa es un proceso que consta de varios componentes y diferentes etapas. Sin embargo, uno de los errores más habituales es pensar que basta con realizar una encuesta. La encuesta es importante y es necesaria, pero no podemos quedarnos ahí. Antes de encarar su elaboración e implementación, debemos tomar el compromiso de gestionar en función de los resultados que se obtengan.
¿Por qué? Porque la realización de la encuesta genera una expectativa entre los empleados. O, más precisamente, una doble expectativa. En primer lugar, quien responde espera saber luego cuáles fueron los resultados. Por otra parte, supone que de acuerdo a los datos que surjan, se tomarán medidas para mejorar la situación.
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Es por eso que debemos descartar de plano la idea de hacer la encuesta “a ver cómo nos va” y en función de eso decidir si se comunican los resultados y se traza una estrategia, o si simplemente se registran y se archivan. Lejos de eso, lo que debe haber es una decisión previa de recorrer el camino hasta el final. Y en esa decisión, para garantizar que efectivamente se cumpla, debe estar involucrada no solo el área de Recursos Humanos, sino también la dirección de la organización.
Generar confianza
Existe además una gestión previa, y está relacionada con la confianza. Hay organizaciones en las que no hay una cultura de confianza, y entonces la gente tiene miedo a opinar, miedo a que eventualmente se tomen represalias. Muchas veces esto está vinculado a malas experiencias anteriores, donde por errores en el diseño o en la implementación de la encuesta no se mantuvo el anonimato y se supo quién había dado determinadas respuestas.
También, como ya se mencionó, esto puede suceder por haber respondido preguntas y no haber vuelto a tener noticias ni ninguna devolución, lo cual va generando entre los empleados la idea de que las encuestas no son útiles, no llevan a ninguna parte.
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Aquí entra en juego la importancia de explicar por qué y para qué la organización decide poner en marcha una encuesta, comprometerse a que se van a comunicar los resultados y se va a trabajar en conjunto de acuerdo a esos resultados. Podemos decir entonces que la encuesta es una foto, pero no hay que quedarse en esa foto, ya que gestionar el clima implica proyectar la película completa, lo cual debe contemplar indefectiblemente un plan de acción posterior.
Otra cosa que sucede en muchas ocasiones es que las organizaciones abordan el tema de los resultados de clima poniendo el foco en aquello que da muy mal, y la verdad es que el foco hay que ponerlo en aquello que tiene que ver con nuestros desafíos estratégicos. No es que vaya el clima por un lado y la gente feliz, y el negocio por el otro. Al contrario: se trata de ver cómo la gestión del clima sirve precisamente para subir a cada uno de los colaboradores y que puedan dar lo mejor de sí, contribuyendo de esa manera a lograr los objetivos de negocio.
(*) Consultora de Whalecom.