Por Fabian Chafir (*)
Es ampliamente conocido, que una buena gestión de la Cadena de Suministros incluye, entre otros objetivos, hacer más eficiente cada uno de los eslabones que la componen. Esta eficiencia se traduce en una optimización de los costos operativos, de almacenaje, distribución y gestión que tiene como finalidad proporcionar mayor beneficio económico a las organizaciones incrementando el EBITDA.
Este aspecto económico, en principio, beneficia solo a las organizaciones y a sus empleados, pero no aporta ningún valor para la comunidad en la cual la organización se encuentra inmersa, ni habla de su compromiso con los recursos que usa y devuelve al ambiente.
Las nuevas tendencias del mercado muestran que poco a poco los consumidores se hacen más conscientes del impacto que tienen las empresas en el medio ambiente y crece cada vez más la preferencia por consumir productos que sean elaborados de manera amigable con el entorno.
Es aquí en donde el concepto de Economía Circular basa su estrategia para ayudar a las organizaciones a cambiar la perspectiva que tienen sobre lo que significa “beneficio”.
En Economía Circular entendemos como beneficio al impacto que se produce en 3 dimensiones diferentes: Económico, Medioambiental y Social.
Acrónimo en inglés “earnings before interest, taxes, depreciation, and amortization” (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones), es decir, el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducción de los gastos financieros.
Como se desprende del gráfico anterior, podemos ver que estamos frente a un concepto mucho más amplio que generar ingresos y cuidar el medio ambiente. Estamos frente a un paradigma en donde los negocios se deben llevar a cabo teniendo en cuenta que existen 3 áreas en las cuales se deben generar beneficios e impactos positivos.
Siendo la Cadena de Suministros una parte vital del proceso global de la provisión de bienes y servicios, debemos pensar como nuestros procesos internos colaboran y aportan a alcanzar este objetivo.
En septiembre del 2015, los líderes mundiales firmaron un compromiso para alcanzar el 2030 habiendo erradicado la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos, como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Para lograr esto se crearon 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (O.D.S).
Actualmente nuestros sistemas de producción y distribución siguen un patrón lineal. Nuestro modelo actual no es circular, sino uno de economía lineal.
El modelo circular está basado en la gestión del flujo de materiales y tiene como objetivo lograr la eficiencia del uso de los recursos naturales y la preservación de la calidad ambiental en línea con principios ecológicos y económicos.
Como actores de la Cadena de Suministros y responsables del flujo de materiales debemos crear sistemas que nos permitan reducir el impacto medioambiental que generan nuestras operaciones y promover una cultura más sustentable.
Hoy en Argentina, ya existen empresas cuyas cadenas de valor están paulatinamente migrando hacia una Green Supply Chain, esto no es sencillo de lograr y requiere no solo un mindset adecuado, sino que también contar con profesionales (internos o externos) con conocimientos en el tema para facilitar esta transición.
(*) Socio de IFC Consulting y docente Universitario. Ingeniero Industrial (UBA) y Magister en Administración de Empresas (UADE).
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