En la industria retail de Latinoamérica, las pérdidas y mermas se han convertido en un desafío creciente en los últimos años. Esto puede afectar los activos, la rentabilidad y las ganancias de los establecimientos.
De acuerdo con el V Estudio de Mermas en el Retail Chile 2023, realizado por la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez para la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), el índice promedio de mermas como porcentaje de las ventas, alcanzó el 1.14% en el año 2022. El porcentaje de mermas en la sala de ventas respecto de 2021 incrementó de 49% a 52% y las pérdidas en la bodega implicaron un 19% de las mermas totales, cifra inferior a 2021. El porcentaje de las pérdidas totales que se atribuye al centro de distribución subió de 9% el año 2021 a 10% el año 2022. El de la recepción bajó de 10% el 2021 a 9%, el 2022; y el del transporte
se mantuvo sin cambios. El porcentaje de pérdida atribuida al despacho es aún menor que en el año 2021 (de 3% a 2%).
Las grandes tiendas son las que presentan un mayor porcentaje de pérdida desconocida el año 2022, 87,3%, según el V Estudio.
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Tipos de mermas
Definir los riesgos de manera precisa es esencial para encontrar soluciones efectivas e identificar las áreas de mayor impacto. De acuerdo con Carlos Eduardo Santos, Presidente de la Asociación Brasileña de Prevención de Pérdidas & Business Development Director de Sensormatic Solutions, los tipos de merma se dividen en dos: merma conocida o identificada y merma desconocida o no identificada.
- Merma conocida o identificada: esta categoría de merma incluye productos que no pueden ser vendidos debido a problemas de caducidad, averías o temporalidad. Por ejemplo, ropa de una colección «primavera-verano» que ya ha caducado en temporada. Aunque no representa faltantes, estos productos suelen regresar al almacén si no se venden en ofertas.
- Merma desconocida o no identificada: se refiere a la discrepancia o faltante de mercancía sin una explicación aparente durante el inventario. Las causas de esta merma pueden ser variadas, como robo interno por parte de empleados, robo externo por parte de clientes, fraudes en la operación de cajas, errores de proceso, errores administrativos o errores en la facturación de proveedores. Esta categoría de merma suele ser la más significativa en términos de impacto.
Pérdida extendida
Es un concepto adicional que surgió en los últimos años. Según el experto Carlos Eduardo Santos, engloba cinco categorías que generan mala imagen y baja reputación para las empresas minoristas. La buena resolución de ellas, involucrará a la mayoría de las áreas de la compañía.
- Pérdida comercial: Ocurre cuando el minorista no cuenta con la mercancía disponible para los clientes, lo que resulta en una pérdida de ventas debido a la falta de stock en la tienda física o en el comercio electrónico. Una buena gestión de inventario, como el uso de tecnología RFID, puede ayudar a evitar este tipo de pérdidas.
- Merma de productividad: Se refiere al tiempo que se tarda en trasladar la mercancía desde el almacén o la trastienda hasta el piso de ventas. Esta pérdida de productividad genera ineficiencias en los procesos operativos.
- Pérdidas financieras: Ocurren cuando los clientes no pagan las tarjetas departamentales y ya se han llevado la mercancía, lo que genera un desgaste económico para el minorista.
- Pérdidas administrativas: Estas pérdidas están relacionadas con una mala administración de los gastos de la empresa, lo que afecta la rentabilidad y el flujo de efectivo.
- Pérdida de imagen/reputación: Se produce debido a deficiencias en la atención al cliente o actitudes negativas por parte de los empleados. Estas situaciones pueden llevar a una crisis mediática, lo que resulta en la pérdida de clientes, la disminución de la reputación y la falta de motivación para realizar compras.
Mejoras y soluciones
En un entorno en constante evolución, es necesario romper paradigmas y adoptar nuevas herramientas tecnológicas para mejorar la gestión de mermas en la industria retail. Algunas de las opciones tecnológicas vanguardistas disponibles incluyen:
- Sistemas de cámaras de video vigilancia: Permiten detectar actividades sospechosas y prevenir el robo tanto interno como externo.
- Pedestales de control de entrada y salida de productos: Ayudan a monitorear y evitar la salida no autorizada de mercancía.
- Sistemas de análisis de comportamiento: Detectan patrones sospechosos y contribuyen a un mejor control de inventarios.
- Etiquetado y sistemas de protección electrónica de artículos (EAS): Ayudan a prevenir el hurto de productos mediante la identificación y desactivación de etiquetas especiales.
- Software especializado para el control de inventarios: Contribuye a una gestión más eficiente de los productos y mejora la rentabilidad del negocio minorista.