Por: Teresa Mingo.
En el sector agroindustrial, la logística juega un papel crucial en la competitividad y rentabilidad de los productores y distribuidores. En Brasil, la logística enfrenta numerosos desafíos que afectan negativamente a la cadena de suministro, desde carreteras en mal estado hasta altos costos de impuestos y problemas de infraestructura. En esta entrevista, el especialista –que formará parte del CDA 2025– explora cómo estos desafíos impactan el negocio de los productores y distribuidores, y nos comparte las estrategias adoptadas para mitigar estos problemas, incluyendo la tercerización de servicios logísticos y la adopción de tecnologías innovadoras.
Énfasis Logística: En tu opinión, ¿cómo está influyendo la logística en el negocio de los productores y de los distribuidores?
Renato Seraphim: La logística tiene un impacto significativo y muchas veces negativo en los negocios de los productores y distribuidores del sector agroindustrial. En el caso de Brasil, la logística es uno de los mayores cuellos de botella del agronegocio. Carreteras en mal estado, costos elevados de impuestos como el IPVA (impuesto sobre la propiedad de los automotores), infraestructura precaria de almacenes y puertos, así como también el robo de cargas, son problemas que convierten la logística en una pesadilla para quienes actúan en esta cadena.
Estos desafíos no solo aumentan los costos operativos, sino que también reducen la competitividad de los productores y exportadores brasileños en el mercado internacional. En comparación con países como Argentina y Estados Unidos, Brasil pierde ventaja competitiva debido a la ineficiencia de su sistema logístico, lo que afecta directamente la rentabilidad de los agricultores y limita el crecimiento del sector.
Es por eso que muchos distribuidores brasileños han tercerizado sus servicios logísticos a empresas especializadas, lo que ha beneficiado a cooperativas y grupos de compra. Estos grupos han optimizado el transporte, almacenamiento y distribución, ofreciendo servicios más eficientes y con costos reducidos a los agricultores. Este movimiento ha fortalecido su posición en el mercado, pero también exige que los distribuidores tradicionales se reinventen para no quedarse atrás en un mercado cada vez más competitivo.
E.L.: ¿Cuál sería “la asignatura pendiente” en cuanto a logística en el sector?
R.S.: La principal es crear un sistema logístico integrado, eficiente y sostenible que reduzca costos, mejore la competitividad y garantice que los productos lleguen a los mercados de forma rápida y segura. Para ello, es esencial combinar inversiones públicas y privadas, innovación tecnológica y políticas públicas adecuadas.
E.L.: ¿Cuál crees que es el principal desafío en materia de sustentabilidad para el canal?
R.S.: El principal desafío es equilibrar la eficiencia operativa, la rentabilidad y la reducción del impacto ambiental. Esto exige innovación, inversión en tecnologías limpias, colaboración entre los actores de la cadena y un compromiso firme con la sostenibilidad a largo plazo. Para mí hay que tener en cuenta:
La reducción de las emisiones de carbono, principalmente en el transporte de carga, con flotas más eficientes, combustibles alternativos (como biocombustibles o vehículos eléctricos) y optimización de rutas.
- El uso eficiente de recursos, como combustible, agua y materiales de embalaje, adoptando prácticas como la consolidación de cargas y embalajes biodegradables.
- La gestión adecuada de residuos, especialmente para productos perecederos, con sistemas de reciclaje, compostaje y reducción de plásticos de un solo uso.
- La integración de la sostenibilidad en toda la cadena de suministro, colaborando con proveedores y socios que adopten prácticas sostenibles.
- La presión de los mercados internacionales, que exigen certificaciones ambientales y una menor huella de carbono, demandando una adaptación rápida para mantener la competitividad.
- La concientización y capacitación, ya que muchos actores del sector aún carecen de conocimiento sobre la importancia de la sostenibilidad.