En una versión actualizada de la clásica canción del dúo Vivencia, hace mucho frío y los juguetes se preguntan «qué hacemos» en el puerto. El cerrojo a las importaciones se inició hace unos meses con los autos, después se extendió a los electrodomésticos y ahora les llegó el turno a los juguetes, en especial en el caso de marcas importadas como Barbie, Hot Wheels o Disney. Los empresarios e importadores ven con resignación que les resulta cada vez más difícil completar todos los trámites para hacer ingresar la mercadería importada, aun en aquellos rubros que no están alcanzados por el régimen de licencias no automáticas que multiplicó Moreno en marzo pasado.
El mejor termómetro de la situación que hoy se vive en la Aduana lo tienen los depósitos fiscales, que son la opción más económica que tienen las empresas importadoras para alojar la mercadería que traen desde el exterior a la espera de completar todos los trámites de nacionalización.
«Los problemas y las demoras para importar que habían comenzado con las terminales automotrices ahora se generalizaron a la mayoría de los rubros y, en algunos casos, como el de los juguetes, la preocupación es muy grande porque se acerca el Día del Niño y los productos tienen que ser distribuidos desde Buenos Aires a todo el país», reconoció Miguel Pascucci, presidente de la firma de depósitos fiscales Lo Primo y titular de la Cámara de Depósitos Fiscales Privados (Cadefip).
Fuente: La Nación