De acuerdo con el último informe sobre Estimaciones Comerciales en América Latina y el Caribe, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las exportaciones de la región disminuyeron un 2,4% en 2019, luego de haber aumentado un 8,7% en 2018 y un 12,2% en 2017. Las cifras confirman que la región entró en una fase de contracción comercial por tercera vez desde la crisis de 2008.
Cabe señalar que la retracción de los envíos siguió la tendencia del comercio mundial, que en los tres primeros trimestres de 2019 acumuló una caída de un 3,1% interanual.
Según el BID, estos resultados se explican principalmente por los menores precios de exportación, debido al estancamiento estimado de un 0,3% de los volúmenes en 2019, tras crecer un 4,0% en 2018. Y pese a que casi todos los países de la región mostraron un desempeño negativo, el deterioro fue más grande en Sudamérica -con una caída de un 7,2% en 2019, tras haber crecido 8,2% en 2018- y el Caribe -con una disminución de un 10,9% en 2019, tras haberse expandido un 9,9% en 2018.
Lo anterior no se vio compensado por las exportaciones de Mesoamérica, que pasaron de un 9,3% en 2018 a un 3,1% en 2019, lo que se vio reflejado principalmente por el menor ritmo de México, que pasó de un 10,1% en 2018 a un 3,3% en 2019. Además, en Centroamérica los envíos se expandieron solo un 1,5% en 2019, a diferencia del 3,3% registrado en 2018.
Precios de materias primas
Entre enero y octubre de 2019, el precio del petróleo fue un 12,9% menor que lo registrado en el mismo período de 2018. Esto responde a recortes en la producción por parte de los principales productores y limitaciones en las demandas debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela.
El cobre registró una baja de un 8,3% durante los diez primeros meses de este año comparado con la misma fecha del año anterior. Uno de los motivos que explica estos resultados tienen que ver con la poca demanda de otros países.
La cotización del azúcar se mantuvo relativamente estable durante 2019, principalmente por una menor producción en India y una mayor reasignación de la cosecha brasileña a la producción de etanol en lugar de azúcar.
El precio de la soja disminuyó un 5,8% entre enero y octubre de 2018, respecto del mismo período de 2018. Las cifras se explican principalmente por la aplicación de aranceles de China a las importaciones de Estados Unidos a mediados de 2018 y la disminución de la demanda debido a la peste porcina en el mismo país.
La cotización del café cayó un 17,1% durante los primeros meses de este año, lo que se debió principalmente al aumento de la producción mundial, impulsada mayoritariamente por Brasil.
El mineral de hierro fue el único de los principales productos básicos cuyo precio aumentó en 2019, creciendo un 38,4% entre enero y octubre de 2019, en comparación con la misma fecha de 2018. No obstante, esto ocurrió por factores excepcionales, como la interrupción de la producción en Brasil, eventos climáticos en Australia y una mayor demanda por parte de China. Sin embargo, es necesario precisar que desde julio de este año la cotización de mineral de hierro mostró una tendencia decreciente.
Mercados
El debilitamiento de las exportaciones de América Latina y el Caribe también se explica por la baja demanda de sus principales mercados.
En 2019 las importaciones de la Unión Europea y de la misma América Latina y el Caribe se contrajeron un 7,0% y 10,8% respectivamente.
Estados Unidos y China continuaron impulsando las exportaciones de la región durante la primera parte de 2019, pero con una clara tendencia negativa que se convirtió en contracción en la segunda mitad del año.
Las importaciones de China disminuyeron un 2,3% en 2019, mientras que las de Estados Unidos crecieron 1,0%. No obstante, las tasas de las compras del país norteamericano a la región entraron en terreno negativo en agosto.
Proyecciones
De acuerdo con un indicador líder -que permite pronosticar la dirección de la variación futura de las exportaciones- todavía no es posible proyectar un cambio positivo a corto plazo, puesto que existen riesgos relacionado con la desaceleración de la demanda externa, la volatilidad de los mercados de los productos básicos y a la incertidumbre sobre las consecuencias de las tensiones comerciales globales.
El modelo indica que, al menos hasta principios de 2020, no se anticipa un punto de quiebre en la tendencia que le permita a América Latina y el Caribe retomar el camino del crecimiento de las exportaciones
