Así lo indicaron fuentes del gobierno de Brasil, empresarios y analistas consultados luego de otra semana agitada en el mercado cambiario y en medio de una moderada polémica por la decisión del Banco Central de volver a bajar su tasa de interés de referencia, para aumentar la chance de lograr un crecimiento del 4% en 2012, si el escenario externo no empeora. Desde el Ministerio de Hacienda que conduce Guido Mantega, fuentes oficiales indicaron: «Hay superávit fiscal y comercial, no se prevé una fuerte desaceleración de China y el déficit de cuenta corriente que tenemos es pequeño».
Por lo tanto, indicaron, si continúa la salida de capitales -que se reflejará en una mayor devaluación del real frente al dólar- y se profundiza la desaceleración mundial, «hay un colchón para seguir bajando las tasas, manteniendo la disciplina fiscal».
La intención, afirmaron, es mantener una tasa de crecimiento económico moderada, pero sostenida, sin pensar en repetir el 7,5% de 2010, sino en recuperar un 4,5 o 5% en 2012, luego del 3,5% previsto para este año. Un aumento más fuerte del PBI, aclararon, «generaría desequilibrios» si se alienta en forma excesiva la demanda, a menos que la economía global caiga en una recesión, lo cual permitiría bajar más la tasa de interés interna. Si se mantiene este equilibrio frágil, con Europa logrando un acuerdo este fin de semana y el G-20 ratificándolo a principios de noviembre en Francia, se logrará eludir lo peor, afirmó el funcionario en diálogo telefónico desde Brasilia.
También el presidente de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), Murilo Portugal, apoyó este viraje en la política económica. «Hay un consenso entre los economistas de que debe haber un cambio en el mix, con una política fiscal más fuerte y una política monetaria menos restrictiva», sostuvo Portugal, en su coqueta oficina de la avenida Brigadeiro Faria Lima.
En cambio, en su bohemio pero distinguido departamento de la zona de Jardins, el afamado Luis Gonzaga de Mello Belluzo, asesor económico personal del ex presidente Lula, funcionario en varios gobiernos y profesor de Rousseff en su juventud, dijo que la baja de la tasa de interés se debe profundizar. «Es absurdo que Brasil tenga una tasa del 11,5% cuando el mundo desarrollado tiene sus tasas cerca de cero; es una invitación a continuar atrayendo capital especulativo y agravar los problemas de competitividad de la industria», expresó este académico que también fue presidente del club Palmeiras. Cuando se le pregunta si la probable continuidad de la devaluación del real no profundizará el superávit bilateral frente a la Argentina, asiente en silencio, casi con vergüenza. «Brasil debe proteger a la Argentina y, en todo caso, castigar más duramente a las importaciones chinas.»