El reciente informe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) sobre el Índice de Producción Industrial (IPI) revela una serie de datos clave que tendrán un impacto directo en el sector logístico de Argentina. Con un retroceso del 7,6% en la producción industrial durante 2024, la actividad acumuló dos años consecutivos de caída, situándose un 12,3% por debajo del nivel alcanzado en 2011.
El documento destaca que, si bien en diciembre se registró un leve crecimiento interanual del 2,5% en la actividad fabril, este repunte no fue suficiente para revertir la tendencia negativa del año. La recuperación parcial en el cuarto trimestre de 2024, con una mejora desestacionalizada del 1,3% respecto del tercero, es una señal alentadora, ya que indica un posible aumento en el movimiento de mercaderías en los próximos meses.
Uno de los datos más relevantes para la logística es la heterogeneidad en el desempeño de los distintos sectores industriales. Mientras que la producción automotriz y la de minerales no metálicos registraron caídas significativas de 17,1% y 24,3% respectivamente, la refinación de petróleo y la producción de alimentos y bebidas mostraron ligeras mejoras del 0,7% y 0,6%. Esta disparidad implica que algunas ramas del transporte de carga han visto reducida su actividad, mientras que otras han logrado sostenerse o incluso registrar un leve crecimiento.
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El informe también señala que todos los tipos de bienes industriales mostraron retrocesos en 2024. Los bienes de consumo durable fueron los más afectados con una caída del 16,7%, seguidos por los bienes de capital (-13,1%) y los bienes de uso intermedio (-7,9%). Esta situación impacta en la necesidad de almacenamiento y transporte de productos terminados, así como la distribución de insumos clave para la producción industrial.
Recuperación en enero
En enero de 2025, la industria mostró signos de recuperación con un crecimiento interanual del 4,5%. La producción automotriz lideró este repunte con una mejora del 32,8%, seguida de los insumos químicos y plásticos (6,7%) y los alimentos y bebidas (5,2%). Este crecimiento genera expectativas positivas para el sector logístico, ya que implica un mayor volumen de productos en circulación y un repunte en la demanda de servicios de transporte y distribución.
El informe resalta que, en términos desestacionalizados, la producción industrial en el primer mes del año registró un crecimiento mensual del 2,3%, lo que indica una aceleración en la recuperación. En este contexto, las empresas deberán prepararse para atender una demanda creciente, optimizando sus recursos y asegurando la disponibilidad de flotas y capacidad operativa para responder a las necesidades del mercado.
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De cara a los próximos meses, la industria argentina enfrenta desafíos como la necesidad de mejorar la productividad, el impacto del menor crecimiento en Brasil y el aumento de las importaciones en un contexto de apertura económica. Estos factores tendrán repercusiones en la logística, que deberá adaptarse a un escenario de mayor competencia y cambios en los patrones de demanda.
Con este contexto, el sector se enfrenta a una encrucijada: tras dos años de retracción industrial que limitaron la actividad, los primeros signos de recuperación en 2025 abren nuevas oportunidades. La capacidad de adaptación y eficiencia operativa serán clave para que el transporte y la distribución acompañen el repunte de la producción industrial y contribuyan al crecimiento sostenido del sector en el mediano plazo.