La pandemia y la cuarentena forzaron a más de tres millones de argentinos a trabajar desde sus casas, y a otros muchos a salir para cumplir con tareas esenciales. Hoy, gracias a la vacunación y a la baja de casos , la presencialidad se impone por sobre el teletrabajo, enfrentando a empleados y empleadores con distintos escenarios. Cada posición tiene defensores y detractores y para analizarla con mayor profundidad consultamos a Mariela Mociulsky de Trendsity para que nos comparta su opinión.
De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), antes de la pandemia de COVID-19, menos del 2% de la fuerza laboral de América Latina trabajaba bajo el modelo de home office. Las principales razones eran que los trabajadores no podían desempeñar sus responsabilidades bajo esta modalidad y que muchos líderes sentían que perdían el control de supervisión de sus empleados; es decir, que no había un monitoreo directo de sus actividades en favor de la organización.
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Sin embargo, durante la pandemia, hasta un 67% de los trabajadores a nivel mundial implementaron este nuevo esquema de trabajo, reportando experiencias positivas y grandes beneficios para las empresas.
Para profundizar sobre los pros y contras del teletrabajo y de la presencialidad, y de cómo vivimos en Argentina la situación laboral durante la pandemia y esta nueva normalidad, consultamos a Mariela Mociulsky, CEO Fundadora de Trendsity y Presidenta de Saimo (Sociedad argentina de investigadores de mercado y opinión pública argentina), especializada en Investigación de Mercado y análisis de tendencias sociales y de consumo.
Cómo vivieron empleados y empleadores el home office debido a la pandemia
Mariela Mociulsky explica que esta revolución digital fue una revolución cultural. Mientras que muchas empresas ya tenían implementadas soluciones tecnológicas, otras disponían de los recursos económicos y las adaptaron inmediatamente, mientras que en el caso de algunas pymes, no lo pudieron implementar y dejaron de existir.
“Si bien el home office era una práctica común para algunas empresas, otras aún no habían organizado esquemas con trabajo remoto. El coronavirus aceleró esta práctica que, para muchos, no tendrá vuelta atrás. Lo que no llegó por decisión propia, llegó por imposición.”
Con relación a los colaboradores, el home office era un “beneficio” cada vez más solicitado. “Muchas personas disfrutan la posibilidad de trabajar en casa, otros no logran organizarse, y una gran parte prefiere disfrutar de las ventajas de cada formato. La realidad es que una modalidad de trabajo híbrida, con presencialidad y días de trabajo remoto, es la práctica que más se asemeja a la necesidad de la mayoría, al brindar la posibilidad de organizar las jornadas con mayor libertad manteniendo reuniones e intercambio con equipos de trabajo y también poder estar en el hogar”, explica Mociulsky.
Según su análisis, los hogares empezaron a ser multifuncionales y hay convivencia durante mucho tiempo de distintos grupos de edad, algo que antes no pasaba tanto. Casas que, en la medida que se pueda, estarán mejor aprovisionadas tecnológicamente. “Ese es el ámbito del “homo hogareño”, concluye.
Home office vs presencialidad
Según Mociulsky, las compañías poco a poco han ido contemplando todos los recursos para que sus equipos puedan trabajar con la tecnología necesaria. Igualmente, todavía falta para llegar a ser óptimo; no todas lograron esta transformación en tiempo y forma. La conectividad de buena calidad, los conocimientos y los dispositivos actualizados, son los puntos clave para que trabajar en casa sea efectivo. “A su vez, se suman como beneficios, sobre todo para quienes cuentan con espacios de trabajo silenciosos, la concentración. También, el mayor descanso, el evitar traslados desde casa a la oficina y poder tener más tiempo para otras actividades o hasta para mejorar la productividad”, explica.
El mito ¿derrumbado? del teletrabajo y la falta de rendimiento
La especialista nos explica que con la llegada del Covid-19, el mundo entró en una estresante y veloz carrera por adaptarse al trabajo remoto, para evitar más pérdidas y para no hundir más la economía mundial. Los líderes tuvieron que trabajar sus habilidades blandas en donde la confianza y la comunicación se volvieron factores clave para que el trabajo remoto tenga éxito. Asimismo, y pese a la distancia, el trabajo continuó siendo colaborativo, más eficiente y hasta más creativo. “Es cierto también que hoy estamos en una nueva transición, tratando de ver qué quedará de manera efectiva. Muchas empresas están requiriendo modelos híbridos, entendiendo también que se necesita algo de presencialidad para la buena salud de los equipos, la sinergia”, analiza sobre el tema.
Perspectivas del home office y de la presencialidad para el 2022
Mociulsky estima que vamos a seguir con un nuevo blend entre la presencialidad y la virtualidad. “Si bien las personas quieren reencontrarse y volver a ver a sus compañeros y trabajar con otros, lo cual estimula la creatividad, también se está valorando el no tener que perder mucho tiempo en las distancias y los desplazamientos, el tránsito y, por supuesto, el miedo a los contagios”. Desde su mirada la presencialidad no se va a perder, “incluso se está evaluando que empresas compartan oficinas o espacios comunes, intercalando días de la semana para trabajar un equipo u otro. La economía colaborativa va a crecer en muchas dimensiones, y el ir a la oficina o espacio de trabajo, deberá tener un sentido”. Para finalizar, manifiesta que las empresas tendrán que reforzar el equipamiento en los hogares. “Si bien algunas empresas ya lo están haciendo, aún queda un camino por recorrer en este sentido.