El contexto global actual, marcado por la conexión permanente y la introducción de tecnologías revolucionarias, está construyendo nuevas dinámicas en los ámbitos de trabajo que requieren de mucha atención por parte de los líderes. Este artículo repasa algunas de las tendencias más destacadas a la hora de repensar la gestión de las personas en 2025.
De acuerdo a un informe de la empresa Gartner, en el que se encuestó a 451 empresarios senior, la tecnología juega un papel clave en los cambios de las dinámicas laborales. Los resultados de la consulta señalan que el 43% de las compañías en Latinoamérica ya incorporó la IA en la estructura de su negocio este año o tiene previsto hacerlo en los próximos dos. Cifra que asciende al 60% en el análisis a escala global.
Esto pone en evidencia el dinamismo de la coyuntura del mundo empresario. Incluso antes de que tendencias como la transformación digital y la automatización de procesos terminaran de asentarse, ya llegó otra nueva tecnología que irrumpe de lleno en las lógicas laborales. La Inteligencia artificial avanzó a pasos agigantados en los últimos tres años y tiene implicancias muy profundas en prácticamente todas las industrias. De qué manera y en qué momento una firma adopta la IA depende de casda caso en particular, pero lo que sí es generalizable es la necesidad de liderazgos fuertes para atravesar cambios de esa magnitud.
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Algo similar pasa con la etapa actual de la conexión humana. No solo hay que destacar la adopción de teléfonos móviles con acceso a internet –que tiene una pregnancia inédita-, sino que la posibilidad de contactar con cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar, ha construido una nueva manera de relacionarnos. No es pertinente dar juicios de valor sobre el escenario que se construye con estas nuevas tecnologías, la clave es comprender hacia donde se dirige el mundo laboral para poder plantear estrategias efectivas y sacar el máximo rédito.
Las ventajas y riesgos de las nuevas tecnologías (y cómo prepararse)
Según el estudio “Global Leadership Forecast 2025”, realizado por la consultora internacional DDI, los colaboradores expresan preocupación por la seguridad y la vigilancia que deviene de la mencionada “conexión permanente” y el monitoreo que permiten los softwares más sofisticados basados en Inteligencia Artificial.
Ante estos temores, bastante fundamentados, por cierto, el papel del líder se debe enfocar en la consolidación de un equilibrio entre el alcance tecnológico y el enfoque en el trabajo humano. “Las habilidades interpersonales son más importantes que nunca, y las organizaciones que triunfen serán aquellas que utilicen la IA para empoderar a los empleados y fomentar la colaboración, la innovación y la confianza”, explica Stephanie Neal directora del Centro de Análisis e Investigación de Comportamiento (CABER, por sus siglas en inglés) en DDI.
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En paralelo, se debe entender que, desde la pandemia, cuando se masificaron modelos de trabajo híbridos o de home office, cambiaron las condiciones para ejercer el liderazgo. la capacidad para crear conexiones y colaboraciones ya no son las mismas que hace unos años. De hecho, aquellos directivos que gestionan con estas nuevas modalidades tienen 2.5 veces más probabilidades de prepararse y fomentar conexiones inclusivas con los colaboradores. Esta oportunidad responde a motivos: el interés por el bienestar de su equipo y la consolidación de la confianza. Aunado a que los líderes que tienen equipos remotos e híbridos tienen tres veces más probabilidades de tener altos niveles de compromisos y dos veces menos posibilidades de abandonar la organización, a comparación de aquellos que están con la modalidad presencial.
Sin embargo, hay algunos problemas que surgen de esta coyuntura. Muchas firmas han atravesado (y aún atraviesan) crisis en los puestos de liderazgo a raíz de la escasez de talento, lo que pone en riesgo el desempeño de los equipos. Mientras aumenta el estrés y el aislamiento con los directivos, los colaboradores presentan más agotamiento, lo que afecta la moral, disminuye la productividad y se pierde la confianza con el equipo.
Por consiguiente, las nuevas generaciones dudan en asumir roles de liderazgo y con ello se ha aumentado la desautorización consciente, una tendencia en la que se opta por tomar otro camino profesional, como el emprendimiento o roles especializados, en vez de gestionar a un equipo. “Ahora más que nunca, las organizaciones deben repensar cómo forman y apoyan a sus líderes. Al invertir en estructuras y culturas que prioricen el bienestar, la resiliencia y el sentido de conexión de los líderes. Las empresas pueden construir una cadena de liderazgo sostenible”, argumenta Stephanie Neal.
Por último, es fundamental una comunicación clara y directa para consolidar los equipos. La empresa debe ser transparente a la hora de expresar que necesita de sus trabajadores, pero también debe crear un espacio de confianza para que los trabajadores presenten sus preocupaciones. La comunicación, en ambos sentidos, debe quedar establecida y mantener una estabilidad prolongada para que construir dinámicas más confiables y capitalizar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.