Esto se traduce en un impacto promedio del 1.8% de incremento en los costos. Es alarmante pensar que a partir de julio la proyección del aumento acumulado superará los dos dígitos.
– Los costos del transporte de cargas exhibieron un descenso casi marginal del 0.09 % en junio, prácticamente sin cambios respecto a mayo.
– El aumento de gas-oil para el transporte de carga, por encima de la suba del dólar, lo coloca nuevamente en el valor más alto de la región.
– A esta escalada en los costos habrá que sumarle lo que resulte de la entrada en vigencia del nuevo acuerdo paritario.
En el incremento desagregado, en lo que va del 2017, se destacan los Peajes (39.7 %), en el marco de los fuertes ajustes por los accesos Norte y Oeste, desde y hacia la CABA; seguido por las Patentes (35 %). En el período también sobresale el Costo Financiero (16.7 %), explicado por el alza de las tasas de interés, y los Gastos Generales (14.5 %), que recogen el impacto del aumento de los servicios públicos. Combustible y Personal, los dos rubros más representativos en la estructura de costos, exhiben 6.3 % y 4.3 % respectivamente.
El transporte de cargas ya había sufrido un fuerte ajuste en sus costos en 2016 (37 %). Los mayores costos en la actividad continúan en línea con las revisiones de mayor inflación minorista para la primera parte del año y bastante por encima de la evolución de los precios mayoristas.
Bajo este escenario, el sostenido aumento de los costos para transportar mercadería en el país tiene el agravante de suceder en un mercado en franco descenso para las empresas transportistas, con fuertes caídas en el consumo de gas-oil sumado a una carga impositiva del orden del 40 % que conspira contra la competitividad del Sector.
Es alarmante pensar que a partir de julio la proyección del aumento acumulado superará los dos dígitos. Si este valor está más allá de la inflación, ¿qué le depara en el futuro al transporte de cargas?