El proceso tradicional utilizado para la construcción de pisos industriales requiere la realización de cortes regulares en la superficie, que luego se rellenan conformando juntas, cuya función es la de absorber las fuerzas producidas por el hormigón que, de no contar con estas separaciones, provocarían la formación de grietas en el piso.
Si bien este proceso es efectivo para evitar los quiebres provocados por las tensiones naturales que genera el hormigón, las juntas requieren mantenimiento periódico, ya que constituyen el punto débil del piso al ser sensibles al paso de autoelevadores y otras maquinarias que al pasar sobre ellas lentamente las desgastan y, con el tiempo, provocan roturas y la necesidad de efectuar costosas reparaciones y mantenimiento.
A esta problemática respondió la alianza estratégica llevada a cabo entre la constructora argentina Hormetal y la productora de cemento mexicana CEMEX, a partir de la cual comenzaron a investigar formas de evitar las juntas, en base a un producto nuevo para nuestro país, que dio grandes resultados y que ha permitido realizar pisos de 1000 m2 sin ningún tipo de juntas.
El Ing. Marcelo Paredes, director de CEMEX Argentina destacó el buen trabajo en equipo realizado con Hormetal: «El tema va más allá de los pisos sin juntas. Nosotros éramos meros proveedores de productos y, en esta oportunidad, trabajamos durante dos años en conjunto con el cliente para la colocación y aplicación del producto. Se ensayó durante un largo tiempo en base a la buena predisposición entre ambas empresas, y la intención es seguir trabajando en conjunto e innovando».
Pablo Ostapovich, Presidente de Hormetal, brindó más detalles sobre la importancia de contar con pisos industriales libres de juntas: «Las innovaciones tecnológicas en muchos casos exigen que el piso no tenga juntas, como en el caso de equipos guiados láser por la superficie, que presentan problemas a la hora de pasar sobre estas juntas».
Cabe aclarar que este tipo de pisos ya existe hace tiempo, incluso existen algunos hechos en el país. La dificultad se presentaba a la hora de conseguir el aditivo que brinda al hormigón la capacidad de no quebrarse sin juntas, que hasta ahora no se producía en la Argentina y que presenta trabas para su importación. Sobre este punto, Pablo Ostapovich explicó que: «Esta dificultad hacía que se pudieran hacer en muy poca cantidad y a altos costos, pero esta unión nos permite hacerlos a costos accesibles y masivamente».
Si bien las trabas para la importación de este tipo de productos constituyen una gran dificultad, existen otros aspectos a tener en cuenta, ya que estos aditivos están creados para funcionar con un tipo de cemento en particular desde su origen y, a la hora de aplicarlo en otro país, se evidencian fallas derivadas de las pequeñas diferencias que tienen las materias primas de cada región. Es decir, un aditivo que funciona bien en México, por ejemplo, puede no funcionar tan bien en Argentina a la hora de combinarlo con el cemento que se utiliza acá. Por eso es tan importante el hecho de contar con un aditivo desarrollado y probado con materiales nacionales, que si bien su base es de origen italiano, la producción se realiza en el país.
Un técnico de CEMEX brindó capacitación a los instaladores de Hormetal, sobre todo en el curado del hormigón, que requiere algunos cuidados adicionales comparado con el hormigón tradicional. El acuerdo entre CEMEX y Hormetal incluye una cláusula de exclusividad por un tiempo determinado que, según los directivos de ambas compañías, responde por un lado al trabajo en conjunto realizado pero, fundamentalmente, a la necesidad de que las demás compañías se interioricen y capaciten en los detalles constructivos de estos pisos, ya que una inadecuada utilización no brindaría los resultados esperados y podría terminar por desprestigiar al producto debido a su mal uso.
