Según lo publicado por el diario La Nación, el pasado 23 de julio, el gobierno evalúa un plan para transformar 100 hectáreas del Mercado Central en un centro logístico que, de prosperar, implicaría la transferencia del negocio de movimiento de contenedores que hoy se realizan dentro del puerto. No sería una facturación que perderían las terminales. Sólo que la operatoria se digitaría cerca de los ríos Matanza y Riachuelo.
El proyecto Mercado Central -que demandará una inversión inicial de $300 millones- ya tiene listo su estatuto. Solo resta la aprobación presidencial a lo propuesto por Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior y uno de los impulsores de la medida.
Para que el Mercado Central funcione, indicó Emiliano Galli, periodista de La Nación, deben darse una serie de requisitos, nada fáciles ni baratos. En primer lugar una aceitada operatoria nocturna, modalidad que en lugar de ser promocionada es una invitación al rechazo por los costos adicionales (en seguridad, aduaneros) que implica. En segundo lugar, la creación del corredor seguro entre las terminales y el Mercado Central. En tercer lugar, las conexiones ferroviarias del Sarmiento y del Belgrano (el primero cuenta con mejor acceso al Mercado Central; el segundo, al puerto). Y por último, un relleno de al menos dos metros en las 100 hectáreas, con ajuste a la cuestión hídrica.
Por un lado la Aduana aprobó este proyecto al colocar en esa zona un escáner. Mientras que el Senasa también se radicaría con una oficina, ya que el predio contaría con dos áreas: una de carga nacionalizada y una zona primaria aduanera.
«No es un régimen de zona franca», afirman desde el Gobierno. No obstante, se permitirá hasta cuatro fraccionamientos por embarque, con la copia de depósito.