“Ahí no hay ningún ganador, ha perdido la Empresa Nacional Portuaria, el Estado, los comerciantes, los transportistas, y ha sido un congestionamiento tremendo y esperamos que se solvente pronto”.
De ese modo resume Luis Larach, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, Ccic, la situación que desde comienzos de este mes han venido arrastrando todos los involucrados en los procesos de importación, desde que se procedió a implementar en las aduanas nacionales el Sistema Automatizado de Rentas Aduaneras de Honduras, Sarah.
Larach informó que el gremio empresarial ha tenido varias reuniones con las autoridades de la Dirección Ejecutiva de Ingresos, Dei, para tratar de encontrar una solución al problema; pero persisten los “impases”.
El directivo empresarial destacó que dicha situación ya les ha ocasionado pérdidas económicas debido a que los retrasos repercuten directamente en el nivel de sus inventarios, afectando sus ventas. A todo eso hay que añadir los costos generados por los cargos que se hace a los importadores por concepto de almacenaje o demora en sacar su mercadería de los predios aduanales.
Impotencia y malestar
Los agentes aduaneros manifiestan su impotencia ante esta situación. “Sabemos muy bien que todo cambio trae trastornos, ahora tenemos que tener paciencia”, declara Rafael Ramírez, de la agencia aduanera Martínez y Asociados.
Un factor que contribuye al problema es el relativo desconocimiento que los agentes tienen sobre el funcionamiento del nuevo sistema. “Estamos trabajando en el problema y nos estamos compenetrando en el uso del programa”, comenta Ricardo Erazo, presidente de la Federación Nacional de Agentes Aduanales de Honduras, Fenaduanah. Erazo asegura que ante los reclamos de sus clientes, quienes sufren las consecuencias de los retrasos, han procedido a buscar medidas compensatorias.
“Las navieras decidieron no cargar más costos a los importadores desde el 4 hasta el 15 de este mes”, refiere el aduanero. Sin embargo, otros cargos, como el almacenaje que se cobra en las instalaciones de la Empresa Nacional Portuaria, no ha sido resuelto, por lo que los importadores siempre están obligados a pagarlo.
El jefe de logística de una importante empresa importadora se quejó de tener “problemas de manifiestos, de pólizas de tránsito, una innumerable cantidad de problemas que todo el mundo está padeciendo con este cambio de sistema”.
Menciona que desde hace dos semanas tiene más de diez contenedores en proceso de trámite para sacarlos de los predios aduanales y hasta el momento de redactar este informe, aún no habían podido sacarlos. “Definitivamente ha habido pérdida económica”, aseguró el entrevistado. Según esta fuente, mientras los agentes aduaneros no aprendan a manejar el nuevo sistema, el problema de los retrasos no se va a solucionar.
Reacción
Consultados sobre el particular, representantes de la DEI reconocen que han tenido reclamos, por lo que se han visto obligados a tomar medidas extraordinarias. Sergio Moreno, director regional de la DEI, informó que para salir al paso de la situación, se reunieron con autoridades de la ENP y decidieron “trabajar en horario extendido”, con jornadas que se prolongan hasta las siete de la noche, incluso trabajando sábado y domingo, días en los que normalmente no hay actividad.
Moreno aseguró que el sistema Sarah ya está funcionando a toda su capacidad en las aduanas del aeropuerto Toncontín, aeropuerto de San Pedro Sula y en la de Puerto Cortés.
Alba Solís, administradora de la DEI en la aduana del aeropuerto sampedrano, indicó que otra medida que han tomado para paliar la situación es la de utilizar paralelamente tanto el nuevo sistema Sarah, como el sistema anterior, Sidunea, a fin de agilizar las gestiones de desaduanaje en tanto los agentes se familiarizan con el Sarah.
Moreno comentó que se ha destinado personal de la DEI para capacitar a los usuarios del nuevo sistema con el objetivo de que la transición pudiera llevarse a cabo con mayor facilidad. El funcionario consideró que hasta cierto punto existe falta de interés de parte de los agentes aduaneros por adaptarse al nuevo sistema. “Si el tramitador es lento, el afectado es el importador”, aduce Moreno.
Quizá la mayor consecuencia de este problema la señala Larach al indicar que “al incrementarse los costos, van a tener que ajustarse los precios de los productos”, de modo que también pierde el consumidor.
Sarah: las dos caras de la moneda
En declaraciones brindadas a LA PRENSA, Sergio Moreno, director Regional de la DEI, explicó que el Sarah es un sistema adaptativo que contribuirá a facilitar y agilizar los trámites aduanales. De acuerdo con el funcionario, el tiempo de trámite se reduce hasta un 50%. Entre otras ventajas, Moreno enumera que se trata de una plataforma que incorpora los últimos servicios informáticos web, diseñados por programadores hondureños y con todas las herramientas necesarias para cumplir su cometido.
Dado que al sistema se puede ingresar por Internet, el único costo es el que se paga al proveedor de este servicio. Sin embargo, el funcionario señaló también que para que el usuario pueda obtener la mejor eficiencia del sistema, debe contar con el equipo de cómputo adecuado para tal fin, lo que en algunos casos implica para el tramitador invertir en la compra de dicho equipo.
Una limitante del Sarah es la falta de familiaridad de los usuarios, en especial entre los agentes aduaneros. “Los clientes reclaman, como es lógico, pero entonces uno les explica que es la implementación del nuevo programa lo que está causando problemas”, refiere Ricardo Erazo, presidente de Fenaduanah. Moreno comentó que tuvieron problema similares cuando se implementó el sistema anterior, Sidunea, debido a la reticencia de los usuarios a trabajar con algo diferente a lo que estaban acostumbrados.
Fuente: La Prensa HN