En el marco del Seminario Internacional de Management Logístico, el profesor de Marketing y Logística del Cranfield School of Management, Martin Christopher, remarcó la importancia del trabajo colaborativo y la necesidad de revisar los procesos organizacionales para obtener mayor flexibilidad ante contextos inciertos.
Durante la segunda parte de la jornada organizada por Énfasis Logística, el catedrático inglés dio algunos tips para transformar la estructura de las cadenas de aprovisionamiento, en procesos ágiles y flexibles a las demandas cambiantes de los mercados.
Con una amplia experiencia en el ámbito gerencial que lo ubica como uno de los referentes en Agile Supply Chains, Martin Christopher es Profesor de Marketing y Logística en Cranfield School of Management, y dirige el Centro para la Logística y el Supply Chain Management, el más grande en su tipo en Europa.
Asimismo, el catedrático es co-fundador del International Journal of Logistics Management y fue su editor conjunto por 18 años. Es un colaborador regular en conferencias y workshops en todo el mundo.
Organizado por Énfasis Logística, el encuentro contó con el apoyo de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG) y la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL), además del auspicio de la Universidad Católica Argentina (UCA), Universidad Austral, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Embajada Británica en Buenos Aires. Asimismo, fue sponsoreado por empresas tales como Hormetal, Oracle, Correo Argentino – Unidad de Servicios Logísticos, Gefco, Aerolíneas Argentinas, CH Robinson, Celsur, IFlow, VK Sur, Totvs, Redecolsa, y Diagnóstico y Servicios Logísticos.
Hacia cadenas más ágiles
Si se entiende la agilidad como la «capacidad de responder con rapidez a cambios impredecibles en la demanda», ya no sólo de parte de una sola empresa, sino de todos los eslabones que componen la cadena de abastecimiento, se deduce entonces la importancia de reducir todas las oportunidades de costos surgidas de altos inventarios, stocks, etc, hasta la llegada de los productos a manos de los consumidores finales.
«Hay que revisar el stock hasta hacer las entregas más directas», recomendó Martin Christopher, para lo que indicó siete pasos para incrementar la agilidad de la empresa:
– Sustituir inventarios por información.
– Trabajar con mayor inteligencia (eliminar o reducir las actividades que no agregan valor).
– Asociarse con proveedores para reducir tiempos internos de procesamiento de órdenes.
– Procurar reducir la complejidad (no necesariamente la variedad).
– Postergar la configuración y el ensamble de los productos.
– Gestionar los procesos, no sólo las funciones.
– Utilizar las mediciones sobre desempeño en forma apropiada.
«Hay que encontrar las oportunidades para acelerar los tiempos», sostuvo Christopher. «Si quieren ser ágiles, necesitan tener proveedores ágiles. De lo contrario, esta transición es imposible», agregó.
Costos y valores
Durante su presentación, el especialista diferenció los costos agregados del valor agregado de acuerdo a la actividad desarrollada. En principio, consideró que «una actividad agrega valor si es importante para el cliente, si modifica físicamente el ítem, y si crea tiempo y espacio que resulten útiles». «Los economistas tienen una idea similar a esta, y la llaman ‘utilidad'», comentó.
«¿Qué actividades agregan costos y cuáles agregan valor?», consultó el docente, respecto a las tareas de stock de materias primas, producción, productos terminados, en tránsito, stock regional y ciclo de orden del cliente. En orden, tan sólo la última reviste algún valor agregado.
«Cada día que pasa en la producción y el abastecimiento de los productos es un día de inventarios, un día de costos», puntualizó Martin Christopher. «La mejor manera de comprimir el tiempo es destinando menos días en producción y almacenamiento, es haciendo menos cosas ligadas a las actividades que generan más costo que valor», continuó.
Bases y riesgos
El especialista en Agile Supply Chain dedicó gran parte de la tarde en analizar la cadena de abastecimiento de acuerdo a dos dimensiones: sus pilares, y los riesgos que atañen a la cadena.
De acuerdo con Christopher, hay cuatro pilares para la excelencia de la cadena de suministro: capacidad de respuesta, confiabilidad, elasticidad y relaciones. Y, a su vez, cinco fuentes de riesgo para la integración de la cadena de abastecimiento:
– en la demanda (a partir de la volatilidad del mercado),
– la oferta (dependiendo de proveedores, el abastecimiento off-shore, tiempos),
– los procesos (producción, organizaciones inflexibles, cuellos de botella, tercerizaciones inadecuadas),
– las redes (visibilidad de la cadena, falta de planificación y procesos colaborativos), y
– el medioambiente (desastres naturales, actos terroristas, cambios normativos e impositivos, huelgas).
Asimismo, se refirió a la complejidad de la supply chain, cómo tipificarla y cuáles son las medidas ideales para reducirla, más allá de la influencia de factores externos o macro en la planificación del abastecimiento de una empresa.
«Quizás haya más de siete tipos de complejidades, pero podemos resumirlos de la siguiente manera», enumeró:
– Complejidad de las redes.
– Complejidad de los procesos.
– Complejidad de los rangos.
– Complejidad de los productos.
– Complejidad de los clientes.
– Complejidad de los proveedores.
– Complejidad de las organizaciones.
No obstante -pero dependiendo siempre de cada situación particular- hay forma de enfrentar estas problemáticas a nivel organizacional. Sobre ello, Christopher sugirió:
– analizar con mayor profundidad a los clientes para identificar los elementos que valorizan.
– hay que manejar los procesos, no las funciones.
– alinear procesos a las proposiciones de valor de la empresa.
– transformar equipos multifuncionales en motores de actividad.
– utilizar KPIs apropiados para garantizar que la reducción de la complejidad sea una prioridad comercial.
«Muchas empresas quieren ser ágiles, pero utilizan patrones viejos de abastecimiento», sostuvo el dirige el Centro para la Logística y el Supply Chain Management. «No consideran dos cuestiones claves para asegurar la calidad y la agilidad de la cadena: visibilidad y velocidad», remarcó.
«La única manera de asegurar la calidad de la cadena es corroborando que el proceso sea llevado a cabo de forma eficiente, y esté bajo control», señaló el especialista.
«Sí, es un cliché eso de que lo que puede ser medido puede ser administrado. Es un cliche, ¡pero es cierto!», concluyó.