La Secretaría de Energía dispuso un nuevo incremento en el precio del biodiésel destinado a la mezcla obligatoria con gasoil. Mediante la Resolución 422/2025, publicada en el Boletín Oficial, se fijó un valor mínimo de adquisición de $1.590.832 por tonelada, lo que implica un aumento del 5,44% respecto al establecido a comienzos de octubre. Este es el segundo ajuste en el mes, y consolida una suba acumulada superior al 12% frente a septiembre.
La medida responde al esquema de actualización automática definido por la Resolución 963/2023, que toma como base los costos de producción, transporte y una rentabilidad razonable para las plantas elaboradoras. Desde el sector productor venían reclamando una revisión de precios ante el encarecimiento de los insumos y el impacto del tipo de cambio, factores que presionan sobre los márgenes operativos.
El nuevo valor para el biodiésel rige desde el viernes previo a las elecciones legislativas nacionales y se aplicará para todas las operaciones vinculadas a la mezcla con gasoil. A diferencia de resoluciones anteriores, no se dispuso un aumento en el precio del bioetanol, ni en el derivado de caña de azúcar ni en el producido a partir de maíz, lo que amplía la brecha entre ambos biocombustibles.
Además, la Secretaría estableció que el plazo máximo de pago del biodiésel será de siete días corridos desde la emisión de la factura, buscando otorgar previsibilidad y liquidez a los productores. Este punto apunta a mejorar la operatoria entre proveedores y distribuidores, evitando demoras que afecten la cadena logística y el abastecimiento.
En lo que va de octubre, el precio del biodiésel registró dos actualizaciones consecutivas: la primera, mediante la Resolución 385/2025, lo había fijado en $1.508.704 por tonelada, y la segunda lo elevó a su nivel actual. Este ritmo de ajustes refleja la intención oficial de acompañar los costos de la industria sin desatender el impacto en el mercado de combustibles.
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El biodiésel, elaborado mayormente a partir de aceite de soja, tiene una incidencia directa sobre los costos del gasoil, insumo clave para el transporte y la logística nacional. Dado que las empresas dejaron de comunicar los aumentos de precios en surtidor por adelantado, se espera que el ajuste tenga algún grado de traslado a los valores finales del combustible y, en consecuencia, a los costos logísticos.
El contexto económico refuerza la sensibilidad del tema: el Presupuesto 2026 proyecta un incremento del 50,6% en la recaudación por impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, lo que anticipa un escenario de precios en alza. Los analistas estiman que, si se reactivan los ajustes impositivos previstos por la Ley 23.966, las naftas y el gasoil podrían experimentar un aumento adicional de hasta el 15%.
En este marco, la Secretaría de Energía, a cargo de María Tettamanti, busca equilibrar los precios internos con los costos de producción para garantizar el abastecimiento. La funcionaria firmó la resolución bajo la premisa de sostener una rentabilidad adecuada para las plantas productoras, mientras se avanza en la nueva legislación que redefinirá el régimen de biocombustibles y los porcentajes de mezcla obligatoria.

