Por: Xiomara Daniela Velásquez Monroy (*)
El aumento de los ingresos y de la es uno de los impulsores de la demanda global de alimentos. Esto presiona los sistemas de producción agroalimentarios para que estos alcancen más. Sin embargo, varios estudios sugieren que el Cambio Climático Global (CCG) afectará negativamente el rendimiento de varios cultivos en ciertas regiones, excepcionalmente en países de bajos ingresos. El impacto del CCG es visible y puede agravarse con el tiempo al aumentar los niveles de pobreza, amenazar la seguridad alimentaria mundial y reducir globalmente el nivel de
vida.
Se prevé que la población mundial supere los 9700 millones en 2050, lo que significa que habrá alrededor de 1900 millones más de personas que alimentar en comparación con 2024. En consecuencia, la tierra cultivable disponible seguirá disminuyendo, así como numerosas tierras
agrícolas de primera convertidas en áreas urbanas, esto, debido a la presión ocasionada por la continua urbanización. Desafortunadamente, los impactos del CCG, como temperaturas más altas, sequías, eventos más extremos, aumento del nivel del mar y niveles elevados de dióxido de carbono están haciendo que la tarea de aumentar la producción de alimentos sea mucho más difícil al disminuir la cantidad y la calidad de estos.
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Investigaciones recientes informan que si la tendencia actual de la agricultura continúa (intensiva en los países desarrollados) y desmonte (en los países en desarrollo), aproximadamente mil millones de hectáreas de tierra se convertirán, dentro de tres décadas, a otros usos, lo que resulta en una liberación masiva de GEI. Así mismo, los rendimientos globales de los principales cultivos alimentarios del mundo (trigo, arroz, maíz y soya) que en conjunto representan más del 67 % de la ingesta calórica humana están amenazados por el CCG. El aumento de la temperatura de 1 °C reducirá la producción mundial de trigo en un promedio de aproximadamente un 6 %, el arroz en un 3 %, el maíz en un 7,4 % y la soya en un 3,1 %; se espera que para 2050, 150 millones de personas tengan deficiencia de proteínas, lo que amenazaría de manera directa de seguridad alimentaria mundial; es probable que el mundo experimente un aumento global del hambre y de la angustia socioeconómica bajo el impacto del CCG.
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El alcance del impacto del CCG en la producción mundial de alimentos dependerá, de cierta manera, de nuestra capacidad para mitigar los impactos adversos provocados por este y en la medida en que seamos capaces de adaptarnos, tanto en términos de prácticas agrícolas como en el desarrollo de
nuevas variedades de cultivos más tolerantes. Los instrumentos de política de apoyo serán vitales para fomentar los esfuerzos de adaptación y mitigación a escala regional. El futuro dependerá de qué vías de concentración representativas o socioeconómicas compartidas se desarrollen realmente.
Un esfuerzo global concertado y el apoyo de políticas realizables serán fundamentales para adoptar estrategias de mitigación y adaptación al CCG, pues este, tiene el potencial de afectar la producción de alimentos a escala mundial, lo que a su vez el de causar escasez de alimentos, colapso económico, reducción de la cantidad y calidad de los productos agrícolas y alimenticios, desplome de la seguridad alimentaria mundial y hacer que el mundo sea más inseguro.
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