Por: Xiomara Velásquez Monroy (*)
El Cambio Climático Global (CCG) está transformando rápidamente la economía mundial y sus efectos se intensificarán en el futuro próximo. Se espera que los impactos económicos y sociopolíticos sean significativos, con interrupciones en las Cadenas Globales de Suministro (CGS) y el flujo de bienes debido a fenómenos climáticos extremos que afectan la producción y las rutas comerciales.
Los impactos anticipados incluyen crisis de refugiados por desplazamientos masivos debido al aumento del nivel del mar y la escasez de recursos como el agua potable. Estos factores podrían fomentar el surgimiento de gobiernos nacionalistas que busquen proteger a sus ciudadanos en un mundo cada vez más afectado por la crisis climática. De hecho, el ejército de EE.UU. UU. identifica al CCG como uno de los principales riesgos geopolíticos futuros.
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Se ha debatido si aún es posible cumplir con los objetivos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global a 2 °C, o incluso a 1,5 °C. Aunque la adaptación será crucial, la mitigación sigue siendo imperativa para evitar impactos catastróficos. Sectores clave como la generación de energía, transporte, agricultura, industria, petroquímicos y construcción deben transformarse hacia cero emisiones netas para alcanzar una economía global descarbonizada.
Energía:
La quema de combustibles fósiles para electricidad y calor representa el 25 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). La transición hacia energías renovables como la solar y eólica es fundamental, aunque persisten desafíos como la intermitencia y la infraestructura de almacenamiento.
Transporte:
Aunque el transporte es visible por sus emisiones de GEI, representa solo el 14 % del total global. La electrificación, tanto de vehículos eléctricos como de celdas de combustible de hidrógeno, está surgiendo como solución para reducir estas emisiones.
Industria:
El sector industrial, responsable del 21 % de las emisiones globales, enfrenta el desafío de descarbonizar procesos como la producción de acero y cemento, que son grandes emisores de CO2. Innovaciones tecnológicas y políticas climáticas robustas serán clave para esta transformación.
Petroquímicos y Construcción:
Estos sectores también son significativos en términos de emisiones de CO2 (7 % cada uno). La transición hacia métodos de producción más limpios y el diseño de edificios más eficientes energéticamente son cruciales para reducir la huella de carbono.
Agricultura:
Responsable del 24 % de las emisiones globales de GEI, la agricultura enfrenta desafíos adicionales como la necesidad de aumentar la producción para alimentar a una población mundial en crecimiento, mientras se reducen las emisiones de metano y óxido nitroso.
El desafío de descarbonizar la economía global es monumental y requiere un esfuerzo colaborativo a nivel mundial. A pesar de los obstáculos, la capacidad humana para la innovación y la adaptación ofrece esperanzas para un futuro más sostenible. Es crucial que las naciones y los mercados se unan en este esfuerzo para mitigar los impactos del cambio climático y crear un mundo más resiliente.
(*) Profesional en Finanzas y Negocios Internacionales, Analista-Consultora en Cadenas Globales de Suministro.
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Marizú Olivera Orquera
Lic en Comunicación Social, redactora y periodista. Encargada editorial en Énfasis Logística 2021.